5 ideas para un desarrollo sostenible en la arquitectura
- En la arquitectura, el desarrollo sostenible ha dejado de ser un “principio deseable” para convertirse en un “componente imprescindible” que debe estar presente en los planes desde el comienzo de un proyecto.
- Muchas empresas tienen objetivos de desarrollo sostenible, pero carecen de planes para llevarlos a cabo. Al coordinar y sintonizar los distintos departamentos y centrarse en los resultados, es posible mantener esos objetivos en primer plano.
- Una planificación viable y el uso de modelos de optimización energética proactivos contribuyen a integrar el desarrollo sostenible en los distintos proyectos y dan carácter de urgencia a los objetivos relacionados con el clima.
Dar prioridad al desarrollo sostenible no es ya un planteamiento optativo para los arquitectos. Nos encontramos en un momento decisivo a la hora de definir de qué manera afecta el entorno construido al cambio climático. Se trata de un momento decisivo para lograr la independencia energética a nivel global. Y puede ser crucial también para la supervivencia de un estudio de arquitectura o diseño y su actividad.
Durante las últimas semanas y meses, la realidad se ha plasmado de nuevas formas. El reciente informe de la ONU sobre la reducción del calentamiento global muestra un claro punto de inflexión en cuanto respecta a la urgencia y la necesidad de responder con medidas firmes. Las sanciones han hecho que los países se den cuenta de que deben buscar soluciones alternativas para lograr lo que ha resultado tan difícil hasta ahora: frenar las emisiones de carbono.
Las políticas de sostenibilidad solo funcionan cuando están enraizadas en el ADN de la empresa. Tienen que ser determinantes en las propuestas, en los procesos y en los proyectos. Se trata de asumir la responsabilidad por los edificios que la empresa trae al mundo.
Muchas firmas se debaten aún por construir una mentalidad en la que prevalezca la sostenibilidad. Como director de Desarrollo Sostenible en CannonDesign, veo mi papel como de apoyo a los demás miembros de la empresa a fin de crear proyectos mejores para los clientes. Hacer que cada proyecto sea ecológico forma parte de nuestra cultura. A continuación, muestro algunas formas en que los arquitectos podemos liderar el camino hacia el desarrollo sostenible y cómo puedes hacerlo realidad en tu propia empresa.
1. El desarrollo sostenible no es un condimento; es una estrategia de innovación
No podemos entender la sostenibilidad como si fuera pimentón o canela, y espolvorear un poco al final. Hay que integrarla desde el principio. De lo contrario, se considerará siempre un elemento extra del que es posible prescindir. Hay que verla como lo que es: una estrategia de innovación.
En nuestra empresa, nos aseguramos de dar apoyo al desarrollo sostenible tan pronto se pone en marcha un proyecto. Desde el momento mismo de la propuesta, está siempre presente en las comunicaciones y el enfoque. Cuando comienza un proyecto, organizamos un taller sobre sostenibilidad para definir las prioridades y los resultados esperados.
Lo primero que digo a los responsables de los proyectos es: “No puedes poner la sostenibilidad al final de la lista”. Hay que ponerla al principio y hacer que todo gire en torno a ella. Al discutir sobre los sistemas de climatización o de iluminación, debe hacerse desde una óptica de sostenibilidad. Cambiar de planteamiento para ponerla en primer plano es una medida muy eficaz y, aun así, muy sencilla.
2. La sostenibilidad no concierne solo a algunos clientes; es cosa de todos
La sostenibilidad es una necesidad urgente para todos los clientes, aunque algunos aún no se hayan dado cuenta. Prácticamente todos nuestros clientes tienen algún tipo de plan al respecto, y la mayoría tienen objetivos con base científica para reducir sus emisiones de carbono. No obstante, a todos ellos les cuesta alcanzarlos.
Lo primero que pregunto a un cliente es: “Veo en vuestra página web que queréis lograr la neutralidad en carbono para 2040. ¿De qué manera contribuye este proyecto a alcanzar ese objetivo?”. La mayoría no sabe qué responder. Ven dos ideas completamente aisladas: por un lado, los objetivos climáticos fijados por la alta dirección y, por otro, llevar a buen término un proyecto respetando el presupuesto fijado por el equipo de servicios generales.
Conciliar estas dos posturas es vital. Todo empieza por conectar los proyectos actuales con los compromisos sobre desarrollo sostenible más amplios de la organización. De entrada, hay que asegurarse de que cada edificio contribuya a los compromisos generales del cliente al respecto.
3. Guiarse por un enfoque orientado a los resultados
Hay un viejo dicho en los negocios que, sin duda, es cierto en el campo del desarrollo sostenible: “Lo que no se puede medir no se puede mejorar”. La premisa básica del sistema de certificación LEED gira en torno a esta idea de medición. Pero también plantea una pregunta: ¿están midiendo los diseñadores lo correcto? Ahí es donde entra en juego la propuesta de un enfoque de desarrollo sostenible orientado a los resultados.
Si estás diseñando un colegio, probablemente sea muy importante mejorar los resultados académicos de los estudiantes; si estás diseñando un hospital, será importante mejorar los índices de recuperación de los pacientes, etc. Así, al principio del proyecto, deberías trabajar con los clientes para establecer unas metas claras y diseñar el proyecto en función de ellas. Lo que se logra es una estrategia de desarrollo sostenible orientada a lo que es importante para el cliente.
4. Empezar ahora: un plan para 2030, 2040 o 2050 es un “plan inmediato”
Muchas empresas han ligado sus compromisos con la descarbonización a una fecha concreta, pero, si tienes un plan para alcanzar una huella de carbono cero en 2040 o 2050, debes considerarlo un “plan inmediato”. Tienes que ponerlo en marcha ya, puesto que el 80 % de la reducción de emisiones de carbono tiene que haberse completado en 2030, para lo que faltan solo 92 meses y el tiempo apremia.
A los humanos, como especie, se nos da muy bien ignorar la urgencia del riesgo. Cuando hay un objetivo para 2040, la mentalidad típica es: “Bueno, tenemos hasta 2039 para solucionarlo”. Y eso no es cierto. Muchos de nuestros clientes, más decididos y resueltos, se comprometen a reducir las emisiones de carbono a partir de 2025. Pues bien, para eso faltan poco más de 30 meses. Podemos ofrecerles un plan de acción climática mes a mes para ayudarlos a conseguirlo. Todo plan de acción climática tiene que ser un “plan inmediato”.
5. Modelado a la velocidad del diseño
Los arquitectos no tienen ningún problema en sentarse desde el primer momento frente a Revit, de Autodesk, y ponerse a modelar cualquier cosa, aunque solo sea una parte del edificio. Y deberían adoptar la misma manera de pensar cuando se trata del rendimiento energético. Nunca es demasiado pronto para empezar a modelar un edificio, ni tampoco para crear un modelo energético.
Considera la posibilidad de crear modelos volumétricos y energéticos desde el principio del diseño. A nuestros ingenieros les gusta decir: “Modelamos a la velocidad del diseño”, que es exactamente como debería funcionar cuando la sostenibilidad está presente desde las primeras fases. El modelo energético informa a Revit y evoluciona a medida que se avanza, lo que nos permite alcanzar los resultados previstos, ayuda a los clientes a cumplir sus objetivos de desarrollo sostenible y, lo que es más importante, marca la diferencia en la lucha contra el cambio climático.