Uno de los materiales compuestos más prometedores en cuanto al futuro de la construcción es la fibra de carbono. Este polímero, consistente en filamentos largos y finos de átomos de carbono unidos en una formación de cristal —los filamentos son más finos que un cabello humano—, es más liviano que el acero, cinco veces más resistente y el doble de rígido. Esto lo hace muy popular entre los fabricantes, que unen los filamentos y los trenzan, como si fuesen de lana para fabricar tejidos, o se moldean en su forma final. Dicho proceso se utiliza para todo tipo de productos, desde cuadros de bicicleta hasta cañas de pescar, pasando por alas de avión, coches de carreras, palos de golf y mástiles para veleros.
Simon Kim, director de Ibañez Kim, un estudio de arquitectura y diseño de Cambridge, Massachusetts, es arquitecto y uno de los últimos residentes del Espacio BUILD. Dice: “La fibra de carbono y otros materiales compuestos son de alto rendimiento, lo que significa que pesan muy poco pero pueden soportar muchísimo peso”.
Kim, entre muchos otros, creen que las propiedades excepcionales de la fibra de carbono la convierten en un material de construcción ideal. “Los materiales compuestos ofrecen oportunidades muy interesantes de personalización y fabricación rápida”, afirma, porque construir el recinto de una casa pequeña con fibra de carbono solo llevaría unas semanas, frente a los meses que se tarda con materiales convencionales. Y añade: “Cuando nos referimos a contratistas y subcontratistas generales y suministros de materiales, por ejemplo, las estructuras compuestas se pueden erigir bastante rápido y no necesitan mucha mano de obra especializada ni volumen de trabajo. Por eso podemos ir más rápido, la cadena de suministro es más corta, la cantidad de material es menor y todo es menos costoso”.
Su flexibilidad y peso liviano hacen que la fibra de carbono sea fácil de transportar. “Podemos acopiar módulos, llevarlos a otro sitio y acoplarlos para producir montajes mayores según lo que necesitemos”, añade. “Por eso las estructuras compuestas son más flexibles que los edificios tradicionales, a los que se les supone una gran duración que no siempre es algo positivo”.