Antes de 2020, cuando visitábamos un museo, asistíamos a un concierto o un evento deportivo, o simplemente cuando viajábamos al trabajo, probablemente nunca nos deteníamos a pensar todo lo que se necesitaba para que dicha experiencia fuera segura. Todos dábamos por sentada nuestra capacidad de desplazarnos con total confianza dentro de nuestros entornos, y, en general, no prestábamos atención a menos que algo saliera de lo común: muchedumbres, largas filas, un ascensor fuera de servicio, una alarma de incendio.
Se necesita un alto nivel de previsión para garantizar que las personas puedan desplazarse con seguridad. Esta planificación requiere nociones de matemáticas, biomecánica, ciencia de datos, diseño, demografía, psicología, normativa local, sociología y geografía, entre otras disciplinas. Diseñar para el distanciamiento social exige la consideración de miles de factores y el análisis de diversos tipos de datos sobre lo que hacen las personas y el papel que desempeñan en los lugares físicos, ya sea en entornos institucionales, como escuelas, oficinas y hospitales, como en entornos sociales, como estadios y atracciones turísticas.
La Dra. Aoife Hunt, directora adjunta de Movement Strategies, una consultoría de desplazamiento humano con sede en Londres, explica: “Antes de la pandemia, nos ocupábamos de reducir la congestión para aumentar la seguridad de lugares con grandes multitudes y a garantizar que tuvieran una experiencia positiva. Pero este enfoque en las multitudes cambió cuando empezó el confinamiento”.
Movement Strategies es una empresa mayormente conocida por su trabajo de evaluación de la dinámica de multitudes en lugares como atracciones turísticas, estadios deportivos, oficinas y locales comerciales. A principios de 2020, Hunt declaró: “Miramos nuestro calendario de trabajo para el verano, con partidos de fútbol, Wimbledon y festivales de música, y nos dimos cuenta de que todos estos eventos multitudinarios sencillamente no iban a poder celebrarse este año. Pero ahora el desplazamiento humano se ha convertido en un problema de seguridad realmente importante, como también lo es la reducción del riesgo de transmisión del virus. Por lo tanto, comprender cómo distribuir los espacios y cómo organizar el desplazamiento de la gente ha pasado a ser nuestra prioridad. Y nuestra especialidad ha ganado bastante atención”.
En la actualidad, algunos de los lugares que sufrieron picos tempranos de COVID-19 están recuperando cierto grado de normalidad, mientras que otros siguen cerrados, y otros fluctúan entre estos dos estados, a menudo con escaso aviso previo. Si bien nadie sabe cuándo terminará esta pandemia, son varias las lecciones e imperativos que ha puesto en evidencia: los lugares en los que se congregan las personas —oficinas, obras de construcción, escuelas, locales comerciales, depósitos— deben rediseñarse para reducir el riesgo de transmisión viral. Deben construirse con un grado de flexibilidad que permita cambios rápidos. Y todo esto debe implementarse de modo de satisfacer una serie de necesidades sanitarias, financieras, psicológicas y orgánicas críticas, al igual que cuestiones de seguridad básicas como el potencial de incendio o una catástrofe natural.
Uno de los aspectos más problemáticos del diseño para el distanciamiento social es su incongruencia con las normas sociales. Pete Thompson, ingeniero principal de Autodesk, opina: “Probablemente, la diferencia fundamental es que antes, en lo que se refiere a planificación de espacios, hacíamos lo posible para contribuir a la reunión y la socialización de las personas. Ahora estamos haciendo casi lo contrario: deliberadamente mantenemos a las personas apartadas. Intentar un equilibrio entre la seguridad y posibilitar cierta forma de socialización es complicado”.
Para alcanzar este equilibrio se necesita un enfoque diferente. “Hemos pasado de tratar de fijar los niveles máximos de ocupación de un lugar a escala general, a tratar de influir en el comportamiento de las personas a nivel individual”, añade el Profesor Steve Gwynne, director de investigación de Movement Strategies.