Ante una pandemia global, interrupciones en la cadena logística y fluctuaciones extremas de demanda, el mundo de la fabricación se está viendo forzado a ser más ágil y adaptable. Las empresas que no se reorienten rápido saldrán perdiendo. La transformación digital facilita a las empresas las herramientas necesarias para recolectar datos de todas las áreas de actividad y utilizarlos para desatascar las operaciones y crear oportunidades de crecimiento.
En una reciente encuesta a 200 empresas industriales alemanas, PricewaterhouseCoopers observó que, pese a que el 91 % (PDF, p. 1) está invirtiendo en fábricas digitales, solo el 6 % ha logrado la conectividad total. Si bien es cierto que todo progreso hacia la transformación digital es positivo, existen ventajas específicas que solo se obtienen de contar con los datos conectados de una fábrica digital.
1. Comercialización más rápida
En el campo de la fabricación, las empresas a menudo se centran en el ciclo de vida del producto. Sin embargo, la fábrica también posee su propio ciclo de vida. Para maximizar la productividad, hay que optimizar el entorno en el que tiene lugar la fabricación. Gracias a la automatización y a un ecosistema conectado, la información se mueve más rápido en una fábrica digital que en la fabricación tradicional. Los fabricantes pueden aprovechar la información obtenida para agilizar los procesos de diseño y e ingeniería, iterar soluciones y tomar decisiones rápidas. El Foro Económico Mundial (PDF, p. 13) calculó que las empresas de fabricación más avanzadas en el terreno digital (un consorcio que el Foro denomina Global Lighthouse Network) incrementaron la velocidad de comercialización hasta en un 89 %.
2. Fabricación flexible para una mayor agilidad
Como ha demostrado la pandemia de Covid-19, la estabilidad nunca está garantizada. Las cadenas logísticas sufrieron una ruptura de la que aún no se han recuperado del todo. Pero con una fábrica digital, las empresas son más ágiles y capaces de reaccionar a los nuevos acontecimientos en la economía y en el mundo.
Las fábricas digitales hacen de la fabricación flexible una realidad. Gracias a las máquinas inteligentes, las empresas son más hábiles y rápidas a la hora de encontrar soluciones alternativas para cambiar de rumbo, realizar modificaciones o adaptarse a nuevas circunstancias. Si, por ejemplo, un fabricante no puede conseguir un componente debido a problemas en la cadena logística, puede fabricarlo de forma interna o ponerse en contacto con otra empresa que lo haga. Con este modelo flexible, las empresas pueden crear soluciones que conduzcan a nuevas fuentes de ingresos, más innovación y menos disrupción.
3. Personalización ante demanda variable
Hace unos meses, la fabricación estadounidense experimentó una fuerte ola de demanda, lo cual generó un pico de actividad sin parangón en los últimos 37 años. De hecho, la fabricación se halla a las puertas de superar los niveles de producción anteriores a la pandemia. Pero no solo evoluciona la demanda: también cambia lo que buscan los consumidores. La capacidad para la personalización en masa se está convirtiendo rápidamente en un elemento indispensable para los fabricantes. Los consumidores están dispuestos a pagar más por productos en los que pueden dejar su marca personal.
Con una fábrica digital, los fabricantes pueden satisfacer esta creciente demanda de productos personalizados a través de la producción de lotes pequeños o añadiendo prestaciones a un producto ya existente. Donde un cliente podría encargar un millón de bolígrafos normales, otro podría querer 1000, pero hechos de titanio. Un tercer cliente podría querer 10 000 bolígrafos verdes. Con una fábrica digital, los fabricantes pueden personalizar fácilmente cada encargo mediante la elección de diferentes opciones de diseño y fabricación. La capacidad de adaptarse a las necesidades del cliente le da a una empresa gran competitividad.
4. Alcanzar objetivos comerciales y de sostenibilidad
Gracias a la fabricación se crean los productos que los consumidores quieren y necesitan, pero la creación de esos productos no está libre de costos medioambientales. La fabricación genera el 20 % de las emisiones globales (el 25% en España) y es responsable del 54 % del consumo mundial de energía.
Al basar sus operaciones en datos, las empresas disponen de la información necesaria para alcanzar los objetivos de sostenibilidad definidos por los estándares del sector, los gobiernos centrales o regionales o el propio fabricante. Algunas empresas incluso están incorporando un cargo relacionado con la sostenibilidad a la alta dirección, encargado de hacer seguimiento y controlar estas métricas, liderar políticas verdes y asegurarse de que la empresa cumple con las normativas al efecto. Una fábrica digital facilita un funcionamiento más sostenible a través de la tecnología:
Los gemelos digitales generan información procesable en tiempo real para que los propietarios puedan tomar decisiones más sostenibles.
El diseño generativo permite a los ingenieros encontrar opciones ecológicas (en materias primas, por ejemplo) en el diseño y la edificación de su fábrica digital e infraestructura circundante.
Los sistemas automatizados y la IA rastrean datos de consumo de energía (como la calefacción, por ejemplo) basados en el comportamiento humano en un cierto espacio.
Para empresas con objetivos de cero carbono neto, una fábrica digital es la respuesta.
5. Potenciar la eficiencia operativa
Hay siete áreas de desperdicio que se suelen asociar a la fabricación:
Transporte
Inventario
Movimiento
Tiempos de espera
Sobreproducción
Sobreprocesamiento
Defectos
Las fábricas digitales sirven de apoyo a producciones ajustadas al eliminar comportamientos redundantes, consolidar flujos de trabajo y automatizar procesos. Todo ello contribuye a reducir los costos y ganar tiempo, que los empleados pueden dedicar a añadir valor.
La versión definitiva de una fábrica digital integra la totalidad de elementos y personas —planta de producción, edificio, infraestructura, proveedores, vendedores y partes involucradas— creando un flujo de datos conectados. Esto permite automatizar, predecir y crear una cierta inteligencia que maximiza la eficiencia en todos los aspectos. Con una fábrica digital, los propietarios pueden simular alternativas para dar con formas más eficientes de alcanzar los objetivos, como fue el caso de Porsche, que reemplazó la cinta transportadora por un vehículo autónomo independiente que personaliza la producción y elimina pasos innecesarios al acudir solo a las zonas de trabajo que precisa cada automóvil.