Concebida por la constructora global Skanska y el desarrollador de software canadiense C-Change Labs, e inicialmente puesta a prueba por Microsoft, la herramienta EC3 fue incubada por el Carbon Leadership Forum (CLF), que reunió una red de casi 50 empresas privadas y organizaciones no gubernamentales que cooperaron para financiar la tecnología y llevarla a todo el sector de la construcción. El objetivo de CLF es impulsar el conocimiento y la colaboración, así como emprender acciones para reducir drásticamente los niveles de carbono incorporado en los materiales de construcción y en el sector en general.
“La idea de la herramienta EC3 surgió del trabajo de Skanska en torno a la contabilización del carbono para promotores y contratistas en el área de la construcción comercial”, comenta Stacy Smedley, directora de sostenibilidad de Skanska USA Building, que dirige la implementación del proyecto EC3 de la empresa y forma parte del consejo asesor de CLF. Durante cinco años, la empresa exigió la contabilización del carbono en sus proyectos de desarrollo inmobiliario comercial en Estados Unidos, lo que les llevó a comprender que las evaluaciones del ciclo de vida y los códigos de construcción a menudo se basan en factores y cantidades promedio que no informan las decisiones de diseño. “Queríamos impulsar la reducción de carbono no solo a través de medidas dirigidas específicamente al nivel de los sistemas, sino también en las fases posteriores de especificación y adquisición de un proyecto para así poder lograr un verdadero ahorro en las emisiones”.
Aunque las energías renovables y los sistemas de construcción eficientes reducirán probablemente las emisiones operativas de carbono de estas estructuras con el tiempo, el impacto ya incurrido del carbono incorporado no se puede subsanar después de la construcción.
“Para alcanzar los objetivos de descarbonización propuestos por la comunidad científica entre ahora y 2050, el sector de la construcción tendrá que hacer una contribución enorme —declara Kate Simonen, directora del CLF y catedrática de la Universidad de Washington—. Técnicamente hablando, sabemos cómo construir edificios con cero emisiones de carbono, pero tenemos que actuar juntos y dar tiempo al sector para responder. Tenemos que intervenir ahora y tomar decisiones basadas en los mejores datos disponibles”.
Para el sector, el impacto real podría ser una mayor demanda de productos con menos carbono incorporado, lo que podría llevar a los fabricantes a competir por desarrollar soluciones asequibles y de alto rendimiento. Según afirma Simonen, hay un gran interés por parte de los fabricantes, que consideran la herramienta EC3 como una especie de marcador y quieren saber cómo lo están haciendo.
“La herramienta EC3 te ayuda a entender dónde centrar tus esfuerzos —comenta Ross. El acristalamiento, por ejemplo, en el esquema general de las emisiones de carbono, representa una parte bastante pequeña, en comparación con los cimientos—. La herramienta nos ha permitido priorizar en aquellas áreas donde hay un mayor volumen de emisiones”.
“Comenzamos con una lista de lo que debe hacer la herramienta para que funcione —subraya Smedley—. Debía ser accesible para todo el mundo y gratuita, a fin de eliminar las barreras de acceso. Además, debería ser fácil de usar para que arquitectos, ingenieros y contratistas pudieran compartirla. Por último, los datos tenían que ser transparentes, con una metodología abierta”.