8 estrategias empresariales con futuro según Jonathan Brill
- La tecnología avanza a velocidad de vértigo en el sector AEC, y la mejor forma de prepararse para un futuro incierto es apostando por la madurez digital.
- Al pensar de manera estratégica, las empresas pueden crear una cultura de innovación y encontrar el perfecto equilibrio entre experimentación y gestión del riesgo.
- Aprovechando la gran cantidad de datos acumulados y las nuevas tecnologías, como la IA, las empresas pueden crecer, hacerse más resilientes y poner rumbo al éxito en un mundo impredecible..
La Revolución Industrial duró 80 años. La Digital, apenas 46. A día de hoy, la potencia informática necesaria para entrenar modelos de inteligencia artificial (IA) se duplica cada tres meses. Si a este ritmo frenético de la tecnología le sumamos crisis financieras, perturbaciones en la cadena de suministro, desastres naturales, amenazas cibernéticas y una pandemia, nos encontramos con el marco perfecto para que se desate una gran tormenta empresarial.
¿Qué necesitan las empresas de arquitectura, ingeniería y construcción (AEC) para adaptarse, sobrevivir e, incluso, prosperar ante el trepidante ritmo de cambio mientras se adentran en territorio desconocido? El primer paso en el camino hacia el éxito tiene que ver con la madurez digital.
En la encuesta realizada para el informe global 2023 State of Design & Make de Autodesk, algunos de los representantes más importantes del sector AEC mencionaron los factores más apremiantes que determinan sus decisiones empresariales. No es de extrañar que la transformación digital ocupara el primer lugar de la lista, con un 79 % de los encuestados que afirmaron que el crecimiento futuro de su empresa dependerá de las herramientas digitales.
Afortunadamente para las empresas del sector AEC, la “modalidad arquitecto” de resolver problemas ―afrontándolos tanto desde una perspectiva general, observando el todo en su conjunto, como centrándose en los detalles que contribuyen al éxito― supone una clara ventaja a la hora de sortear tiempos volátiles.
Pero ¿y si nos replanteamos la volatilidad como una oportunidad para quienes están mejor preparados? Ese es el punto de vista de Jonathan Brill, un visionario que asesora a start-ups, empresas de la lista Fortune Future 50 y el Servicio Secreto de los Estados Unidos, entre otros, sobre formas de entender la creciente incertidumbre en el mundo y cómo sacarle partido.
En su libro, Rogue Waves: Future-Proof Your Business to Survive and Profit From Radical Change, que podría traducirse como Olas gigantes: cómo preparar tu empresa para sobrevivir y beneficiarte del cambio radical, Brill describe las tendencias tecnológicas, sociales y económicas como “olas gigantes” que se forman espontáneamente en mitad del océano cuando olas de disrupción más pequeñas y manejables por separado chocan, creando muros de agua de tal magnitud que son capaces de hundir incluso los barcos más grandes en cuestión de segundos.
Estas olas gigantes golpean a las empresas cada vez con más fuerza, rapidez y frecuencia, pero, con los procesos adecuados, es posible convertir esos momentos de cambio radical en una ventaja.
1. Afronta los nuevos desafíos como un arquitecto
“A medida que la tecnología transforma las industrias, tu formación en arquitectura es un superpoder sin explotar ―comenta Brill―. Tu capacidad de ver las cosas de cerca y de lejos es absolutamente necesaria”.
Mientras que la IA absorbe datos, “los arquitectos sintetizan como nadie la complejidad y convierten las ideas en soluciones centradas en el ser humano ―afirma―. A medida que las máquinas asumen tareas independientes, esa inteligencia contextual adquiere aún más valor”.
La clave está, según Brill, en encontrar nuevos usos para lo que mejor sabes hacer, no en intentar cambiar la esencia de la arquitectura: “Aprovecha tu pensamiento sistémico para generar ideas y transformar esa visión en realidad y para llevar la profesión a nuevos ámbitos”.
Brill insta a los profesionales a llevar su mentalidad arquitectónica más allá del diseño tradicional de edificios. “Pon a prueba servicios en los que sacar partido de tu inteligencia espacial y tus dotes de coordinación en nuevos mercados ―sugiere―. Crea experiencias en las que lo físico se mezcle con lo digital. Ayuda a organizaciones de todo tipo a adaptarse”.
El ritmo acelerado de cambio premia a quienes son capaces de inferir nuevas conexiones e implicaciones. “Tú ya tienes ese superpoder ―asegura Brill―. Multiplícalo con ayuda de la tecnología y ofrécelo a escala como servicio de alto valor. La arquitectura se encuentra en un momento idóneo para expandir su relevancia si aprovecha sus cualidades intrínsecas. El futuro pertenece a quienes comprenden el sistema en su conjunto y ayudan progresivamente a mejorarlo”.
2. Cultiva las tres ces: consciencia, conducta y cultura
Las empresas necesitan pensar de manera sistémica: no solo en lo que hay, sino también en lo que falta. En su libro, Rogue Waves, Brill presenta tres ces en que debe apoyarse toda empresa que quiera prosperar en esta era de incertidumbre:
- Consciencia. Escudriña atentamente el horizonte en busca de pistas: descubrimientos, innovaciones y cambios sociales o económicos que puedan revelarse disruptivos. Vigila constantemente tu entorno para identificar posibles puntos ciegos.
- Conducta. Actúa con agilidad ante las señales tempranas; invierte en competencias para detectar rápidamente los cambios y sacar provecho de ellos. Incorpora una experimentación y una gestión rigurosas en todos los procesos.
- Cultura. Inculca una cultura centrada en la curiosidad, la experimentación y el aprendizaje a partir del fracaso. Aplana las jerarquías para que las ideas puedan surgir de cualquier lugar.
El elemento cultural es clave: las empresas tienen que aprender a convivir con la ambigüedad y ser capaces de tomar decisiones aun sin disponer de datos suficientes. Esto exige pensar de forma sistémica, aprovechar toda ayuda disponible, estar abierto a conexiones imprevistas y tomarse el tiempo necesario para descubrir qué falta.
“Como gestores, estamos condicionados a parchear los problemas ―comenta Brill―. Indaga también en las causas de fondo y en las carencias sistémicas. Invierte tiempo en comprender qué falta en tu entorno y en tu organización. Ayúdate de las tres ces para detectar señales débiles y hacer apuestas estratégicas”.
3. Mantente a la vanguardia de la tecnología
Tecnologías como el diseño generativo y la inteligencia artificial están revolucionando las expectativas de los clientes. Como proveedores de servicios, las empresas del sector AEC deben mirar aún más lejos en el futuro para mantenerse a la vanguardia tecnológica.
Esto significa contratar hoy de cara al mañana. “Existe una disparidad perpetua entre las competencias con que cuentan los empleados hoy y las que se necesitan para el futuro —señala Brill—. Si las expectativas del cliente cambian, pero tú no has formado al personal, puesto al día los procesos o renovado las estructuras, te enfrentas a una amenaza existencial”.
Las tecnologías de IA generativa trastocan casi todos los procesos empresariales, por lo que, para no quedarse atrás, las empresas deben proporcionar a su personal formación práctica en tecnologías emergentes. Como sugiere Brill: “Pon al personal recién formado a diseñar programas de ‘formación de formadores’ y renueva tus flujos de trabajo y tu oferta, pero pon a prueba los servicios de IA en entornos de bajo riesgo antes de implementarlos en proyectos clave. De esta forma, puedes añadir valor sin sobrecargar tu capacidad por encima de sus posibilidades”.
4. Muéstrate abierto a “aplanar” tu organización
El 72 % de los encuestados en State of Design & Make señalaron que su fuerza de trabajo había evolucionado más en los últimos tres años que en los 25 anteriores, y más del 90 % afirmaron estar de acuerdo en que ofrecer programas de desarrollo de competencias es importante. Como consecuencia, las empresas contratan a empleados que carecen de las cualificaciones necesarias para sus puestos y piensan formarlos mientras trabajan.
A la hora de adoptar tecnologías transformadoras, como la realidad virtual (RV), el metaverso y la IA, el momento lo es todo. “Si llegas tarde, te quedas sin nada ―sostiene Brill―. Pero anticiparse también es a menudo contraproducente. Tienes que trabajar en la ‘zona templada’. No vas a conseguir nada poniendo a discutir a un montón de personas de cincuenta y tantos sobre su experiencia con la tecnología del pasado. Las cosas han cambiado radicalmente, y la forma de integrar la tecnología dentro de cinco años será tan distinta que es necesario incluir a los empleados más jóvenes en las conversaciones de los niveles directivos para que hablen de lo que hacen y muestren lo que es posible alcanzar”.
“Cada vez más, vamos a pedir a gente de los niveles inferiores de la organización que tomen decisiones que normalmente requerirían el juicio de ejecutivos de mayor rango”, prosigue Brill y añade que, para dar a los equipos la posibilidad de innovar, es necesario promover una visión más de conjunto, mayores competencias y la armonización de intereses. Recomienda incorporar programas de rotación y traer trabajadores autónomos especializados para exponer a los futuros talentos a nuevas formas de trabajar.
5. Establece unos márgenes de riesgo aceptables
Crear una cultura de experimentación significa incentivar el fracaso inteligente, fomentar la experimentación inteligente frente al éxito seguro y recompensar a los empleados que ofrecen experimentos de calidad, en lugar de resultados garantizados.
Pero la innovación no solo implica tomar riesgos; se trata sobre todo de gestionarlos. Es preciso dar unos márgenes de riesgo razonables ―Brill los llama “risk bands“ (o bandas de riesgo)― donde los resultados comprendidos dentro de esos márgenes son aceptables, incluso si una idea fracasa. “Se puede tomar un cierto riesgo, pero ni más ni menos ―comenta―. Si no estableces un límite inferior, habrá gente que no se sienta motivada para arriesgar. Al mismo tiempo, lo que quieres es poner en común una serie de límites para encauzar la acción, pero no para seguir unas instrucciones paso a paso. De esta forma, promueves el aprendizaje y evitas la microgestión”.
“En el entorno tan competitivo en que vivimos, será cada vez más difícil diferenciar tu empresa si no incentivas una experimentación inteligente, en vez del éxito seguro ―continúa Brill―. Aunque esta forma de pensar no parecía tan lógica hace unos años, herramientas modernas, como la RV y el diseño generativo, permiten hoy crear prototipos e iteraciones a un costo mucho más bajo. Así, es posible experimentar con nuevos conceptos, a la vez que reduces los riesgos antes tan omnipresentes”.
6. Diseña procesos orientados a la innovación siguiendo un método en cinco pasos
Brill afirma que es posible adoptar la innovación más radical como estrategia fiable si se sigue un método en cinco pasos:
1) Comprueba la veracidad de las hipótesis: “Nuestra visión de los mercados, las tecnologías y otras fuerzas es a menudo anticuada o inexacta”.
2) Observa el sistema: “Tómate el tiempo necesario para comprender por qué se ha llegado a la situación actual y qué puede dar lugar a cambios transformadores”.
3) Genera un espectro de futuros factibles: “No se trata de lo que quieres que pase, sino de lo que puede pasar”.
4) Disocia las amenazas de las oportunidades: “Promueve los resultados más deseables y evita los menos deseables programando y secuenciando tus inversiones y cubriendo los riesgos”.
5) Experimenta con diferentes carteras: “Prueba diferentes enfoques a pequeña escala para encontrar la mejor opción antes de hacer una inversión irrecuperable”.
“Cuando experimentes, piensa detenidamente si estás siguiendo el enfoque correcto ―aconseja Brill―. ¿Quieres mejorar gradualmente un producto o buscas una cartera de soluciones? Las empresas automovilísticas llevan 100 años perfeccionando progresivamente sus coches. En el caso de las empresas biofarmacéuticas, invierten en carteras de moléculas con riesgos calculados en una serie de plazos temporales. Mientras las empresas automovilísticas necesitan un éxito continuo, las biofarmacéuticas no dependen de un solo éxito, ni siquiera de una combinación de éxitos. Esto les permite obtener los resultados que buscan en el momento justo, independientemente del éxito o el fracaso de los experimentos individuales”.
7. Aprovecha las oportunidades que ofrece la IA en toda la empresa
Con servicios de IA como ChatGPT y herramientas de desarrollo sin código como CoPilot, que ponen la IA al alcance de todos, la clave está en identificar las mejores oportunidades en todos los niveles profesionales e implantar sistemas que ofrezcan el mayor número de oportunidades en toda la empresa. En otras palabras, se trata de construir una estrategia a largo plazo que permita, al mismo tiempo, “logros inmediatos”.
En la actualidad, la inteligencia artificial es eficaz, pero no competente, en cuanto que los sistemas de IA pueden destacar en el desempeño de tareas específicas, pero carecen de la comprensión contextual y el razonamiento más amplios que poseemos los humanos. “En los próximos 24 meses, es muy probable que empecemos a ver cómo se colman algunas de esas lagunas, a medida que los sistemas multiagente permitan a un módulo de IA inteligente en un cierto tipo de tarea o datos colaborar con otros módulos de IA dotados de otras competencias ―afirma Brill―. Cuando eso ocurra, es posible que nos encontremos, de pronto, en un mundo completamente distinto. Los empleados de niveles más bajos dispondrán de nuevas formas de liberarse de las tareas más tediosas y repetitivas, como la justificación de normativas o los detalles de la instalación eléctrica, y tendrán acceso a procesos simplificados y a entrenadores virtuales que les ayuden a hacer las cosas”.
Hasta entonces, las empresas necesitan mejorar sus procesos de toma de decisiones en lo que respecta a tareas más complejas que la IA no es capaz aún de afrontar por sí sola.
8. Aprovecha todo el potencial de los datos de alto valor
Con el enorme volumen de información que se genera a través de los proyectos, las comunicaciones, los sensores y otras tecnologías, las empresas del sector AEC acumulan montañas de datos valiosos. A medida que estas empresas se adentran en un mundo en el que es más fácil procesar esos datos, es hora de crear sistemas que aprovechen todo su valor.
“El pensamiento sistémico de los arquitectos está especialmente diseñado para extraer ideas de la complejidad ―sostiene Brill―. Puedes crear sistemas para transformar este ‘escape de datos’ (o data exhaust) en mejores propuestas”.
Las empresas que usan los datos para mejorar los diseños, optimizar los flujos de trabajo y proporcionar análisis predictivos a sus clientes descubrirán nuevas oportunidades para generar ingresos. “Trata los datos de tu empresa como un activo estratégico por explotar, pero incorpora la gobernanza y la ética desde el principio. Establece la privacidad por diseño y sé transparente en la forma en que usas esos datos. La normativa acabará por ponerse al día”.
Las disrupciones y las crisis son inevitables. A medida que las empresas del sector AEC avanzan hacia la madurez digital, adoptar un pensamiento radical, promover una cultura de innovación y plantear la resiliencia como una estrategia de crecimiento conducirá a una mayor agilidad, lo que dará lugar a mejores experiencias para clientes y empleados y marcará el rumbo al éxito en un mundo impredecible.