El diseño generativo está transformando diversos sectores del mundo de la fabricación. Muchas empresas están implantándolo mediante programas piloto o, en algunos casos, reconfigurando modelos empresariales completos en torno a él.
Toyota se desmarca con un armazón de asiento más ligero
En el sector de la automoción concurren varios desafíos de diseño supuestamente irreconciliables. Los coches tienen que ser resistentes pero ligeros, rígidos pero capaces de absorber un impacto, y sostenibles a pesar de funcionar con sustancias contaminantes.
Debido a su gran complejidad y a su elevado número de componentes móviles, los vehículos tienen mucho que ganar con el diseño generativo.
A primera vista, no parece que haya mucho margen de maniobra en el diseño del bastidor de un asiento: debe resistir lo suficiente para soportar el peso de un humano adulto. Sin embargo, a medida que los nuevos modelos incorporan dispositivos electrónicos, calefacción y otras prestaciones, los asientos son cada vez más grandes, pesados y complejos.
Toyota-Japón recurrió al diseño generativo para hacer un bastidor más delgado, que deje libre más espacio en la cabina. El resultado fue tan positivo que se ha convertido en una referencia dentro de la empresa para replantear el diseño de otros componentes.
Robótica 2.0
La segunda versión de un proyecto de robótica avanzada, Roboy, es un robot humanoide desarrollado como experimento de una de las tecnologías que más expectativas despierta en todo el planeta: los robots asistentes.
Roboy 2.0 sabe hablar, dar la mano, poner música y andar en bicicleta. En 2019, incluso vendió helados en un carrito callejero de Múnich.
Cuando se construyen robots humanoides, los diseñadores suelen tomar los sistemas que permiten el movimiento humano: tendones, articulaciones, músculos... y reproducirlos con motores, servomotores, actuadores, baterías y cables. En el caso de Roboy, algunos de estos componentes se crearon mediante diseño generativo, que combinó elementos y redujo el material necesario, lo que hizo el conjunto más liviano sin perder agilidad.
Tecnología y estética en el diseño de mobiliario
El revolucionario diseñador industrial y arquitectónico Philippe Starck colaboró con Autodesk y Kartell, una empresa italiana que fabrica equipamiento doméstico y mobiliario, para crear una silla de lo más sugerente llamada A.I. Para darle forma hicieron uso de la inteligencia artificial y del diseño generativo.
Starck bosquejó los parámetros estéticos; los expertos en software establecieron las limitaciones requeridas por Kartell debidas al proceso de fabricación de moldeo por inyección, y el algoritmo de diseño generativo produjo una serie de diseños que Starck y el equipo terminaron de pulir para dar en el clavo con lo que estaban buscando.