En Autodesk llevamos a nuestras espaldas unas cuantas apuestas en nuevas tecnologías vinculadas a la interoperabilidad durante los últimos 39 años. Apostamos por AutoCAD como herramienta de CAD apta para cualquier plataforma de hardware. Apostamos por el DXF y los formatos de archivo abiertos. Apostamos por la Alianza Internacional para la Interoperabilidad. Apostamos por Dynamo y una programación visual intuitiva más accesible para todos, respaldada por un espíritu constructivo y un apoyo decidido al software de código abierto. Apostamos por las API mucho antes de que la computación en la nube las hiciera habituales. Apostamos por el trabajo en equipo (con ESRI, Bentley, Schneider Electric o Trimble, por citar solo algunos) para obtener el máximo partido de la sana rivalidad y la colaboración.
Hoy, creo que los profesionales de la arquitectura, ingeniería y construcción deben apostar con determinación por la interoperabilidad, ya sean estándares de datos abiertos, plataformas de gestión compartida de datos, API o computación en la nube.
Gracias a los estándares de datos abiertos, los distintos equipos tienen un lenguaje de datos común para que la interoperabilidad alcance todos los aspectos del proyecto. Es similar a lo que ocurre con las distintas lenguas: yo hablo español y tú, francés; quizá tengamos ciertas cosas en común, pero ¿cómo podremos hacer para entendernos?
BuildingSMART International es un consorcio empresarial que trabaja desde hace tiempo en el desarrollo y promoción de una “lengua franca_”_ para el sector mediante IFC (Industry Foundation Classes). Las referencias a archivos y el intercambio de datos son habituales en la colaboración multidisciplinar, y el papel de una entidad neutral como buildingSMART para moderar los debates sobre estándares e impulsar su adopción mediante acuerdos mayoritarios se ha vuelto fundamental en un ecosistema superpoblado. Autodesk colabora con buildingSMART formando parte de su Strategic Advisory Council para consensuar una hoja de ruta en pro de una interoperabilidad que finalmente trascienda los archivos y se adentre en la nube.
Otro punto de consenso en todo el sector es la necesidad de plataformas de gestión compartida de datos. Dada la naturaleza dispersa de los equipos de proyectos, las empresas necesitan plataformas creadas específicamente para la nube, sobre todo con la prolongada interrupción del trabajo presencial en las empresas debido a la pandemia de COVID-19.
La tecnología de la nube ha cobrado especial interés por los proyectos de infraestructura y edificación a gran escala, que involucran a cientos (o miles) de empresas. La nube les permite acceder a la información en cualquier momento y desde cualquier lugar. Y la incorporación de nuevas empresas es casi inmediata.
Desde sus inicios, BIM ha aportado un modelo centralizado de coordinación fácil de compartir, pero, al trasladar BIM a la nube, los profesionales del sector pueden dar más fácilmente acceso a sus socios a toda la información que necesitan, siempre actualizada y en el formato idóneo.
La ampliación de 2017 del aeropuerto internacional de Oslo, en Noruega, es un buen ejemplo de hasta qué punto los estándares de interoperabilidad desempeñan un papel determinante en el proyecto. El promotor, Avinor AS, exigió utilizar BIM a todos los intervinientes en el proyecto y los obligó a entregar toda la documentación en IFC, lo que incluía cientos de modelos propios de este campo y más de dos millones de objetos singulares (puertas, muros, rociadores, luminarias…). Esta decisión redujo la necesidad de procesos de conversión manual y recortó miles de horas hombre en el transcurso del proyecto. A cambio, consiguió un promotor de lo más satisfecho.