¡Todos juntos! La interoperabilidad de datos revoluciona la colaboración
Imagina un mundo ideal de colaboración entre arquitectos, ingenieros, fabricantes, contratistas y promotores. ¿Cómo sería?
Quizá exista un mundo donde todo el software sea compatible sin importar qué empresa lo venda. Quizá exista un mundo donde nadie se vea obligado a volver a modelar y duplicar el trabajo en un proyecto porque la información no fluye entre unos profesionales y otros. Y quizá exista un mundo donde todos los colaboradores puedan trabajar juntos en un entorno de datos común y acceder a la información que necesitan cuando y donde la necesitan.
Buenas noticias: esta utopía está ya a nuestro alcance gracias a la interoperabilidad de datos. Ahora, con ayuda de la experimentación, la metodología de resolución de problemas y la agilidad técnica de los profesionales y equipos de arquitectura, ingeniería y construcción, toca adaptar las herramientas digitales y los modelos de negocio a unos retos inéditos de diseño y fabricación que den al sector de la construcción el impulso que necesita.
Pero el mérito no es solo de los innovadores del sector, sino también de muchas empresas, organizaciones, asociaciones sectoriales y colaboradores individuales que han documentado sus interfaces de programación de aplicaciones (API), han hecho públicos sus códigos de programación, se han mantenido firmes en los debates sobre estandarización y han enarbolado el estandarte colectivo en favor de un BIM (modelado de información de la construcción) mejor para todos.
Me ilusiona mucho ver cómo últimamente en este sector hay muchas personas que tienen nuevas ideas y las hacen crecer y madurar. Creo que esto responde a la necesidad de un ecosistema tecnológico más dinámico, personalizado y centrado en el cliente. Pero con él se revela una pregunta crucial: ¿cómo podremos entendernos todos en medio de este maremágnum de aplicaciones heterogéneas?
El gran reto de la interoperabilidad de datos
El sector conoce de primera mano los retos a los que se enfrenta la interoperabilidad de datos, ya que ve diariamente cómo la rigidez de los flujos de trabajo dificulta la colaboración entre los distintos agentes y obliga a rehacer el trabajo y llegar a soluciones de compromiso que reducen los márgenes y conducen a la frustración y al rechazo del BIM.
Esto se refleja en los resultados: en 2016, un informe de la consultora McKinsey advertía de que el retraso medio de los proyectos de construcción era de hasta un 20 %, con un sobrecosto de hasta el 80 %. Por su parte, el Kaizen Institute estimaba en 2020 este incremento de costos en un 98 %, motivado principalmente por la falta de planificación y las dificultades en la coordinación de distintas empresas y profesionales. Estas pérdidas suelen repartirse entre todos los intervinientes en el proceso constructivo, pero la peor parte recae, sin duda, en los promotores.
Mientras tanto, un estudio de 2018 (PDF, p. 7) del FMI y la empresa de cartera de Autodesk PlanGrid fijaban la vista en la digitalización del sector de la construcción y señalaban que el 52 % de la repetición del trabajo se debe a la baja calidad de los datos y los problemas de comunicación, algo que solo en los Estados Unidos supuso un coste de unos 31 300 millones de dólares en 2018. El informe también puso de manifiesto (p. 12) que, de media, los empleados de la construcción invierten más de 14 horas semanales (aproximadamente el 35 % de su jornada) en buscar información o datos del proyecto, corregir errores, gestionar los cambios y resolver conflictos.
Y es que el sector apenas empieza a ser consciente de los costos derivados de una interoperabilidad deficiente (formatos de datos privativos, conflictos entre estándares o simple deuda de código). Es importante mencionar este aspecto en el contexto del desarrollo de software, ya que, a medida que las empresas de diseño e ingeniería van dando forma a sus propias herramientas especializadas, es importantísimo valorar su potencial de implantación en el mercado en un momento concreto para saber si la apuesta merece la pena. En otras palabras: si un estudio de arquitectura decide desarrollar una aplicación propia, debería saber cuánto se juega, ya se trate de una aplicación de uso interno o con fines comerciales.
La oportunidad de la interoperabilidad de datos
En Autodesk llevamos a nuestras espaldas unas cuantas apuestas en nuevas tecnologías vinculadas a la interoperabilidad durante los últimos 39 años. Apostamos por AutoCAD como herramienta de CAD apta para cualquier plataforma de hardware. Apostamos por el DXF y los formatos de archivo abiertos. Apostamos por la Alianza Internacional para la Interoperabilidad. Apostamos por Dynamo y una programación visual intuitiva más accesible para todos, respaldada por un espíritu constructivo y un apoyo decidido al software de código abierto. Apostamos por las API mucho antes de que la computación en la nube las hiciera habituales. Apostamos por el trabajo en equipo (con ESRI, Bentley, Schneider Electric o Trimble, por citar solo algunos) para obtener el máximo partido de la sana rivalidad y la colaboración.
Hoy, creo que los profesionales de la arquitectura, ingeniería y construcción deben apostar con determinación por la interoperabilidad, ya sean estándares de datos abiertos, plataformas de gestión compartida de datos, API o computación en la nube.
Gracias a los estándares de datos abiertos, los distintos equipos tienen un lenguaje de datos común para que la interoperabilidad alcance todos los aspectos del proyecto. Es similar a lo que ocurre con las distintas lenguas: yo hablo español y tú, francés; quizá tengamos ciertas cosas en común, pero ¿cómo podremos hacer para entendernos?
BuildingSMART International es un consorcio empresarial que trabaja desde hace tiempo en el desarrollo y promoción de una “lengua franca” para el sector mediante IFC (Industry Foundation Classes). Las referencias a archivos y el intercambio de datos son habituales en la colaboración multidisciplinar, y el papel de una entidad neutral como buildingSMART para moderar los debates sobre estándares e impulsar su adopción mediante acuerdos mayoritarios se ha vuelto fundamental en un ecosistema superpoblado. Autodesk colabora con buildingSMART formando parte de su Strategic Advisory Council para consensuar una hoja de ruta en pro de una interoperabilidad que finalmente trascienda los archivos y se adentre en la nube.
Otro punto de consenso en todo el sector es la necesidad de plataformas de gestión compartida de datos. Dada la naturaleza dispersa de los equipos de proyectos, las empresas necesitan plataformas creadas específicamente para la nube, sobre todo con la prolongada interrupción del trabajo presencial en las empresas debido a la pandemia de COVID-19.
La tecnología de la nube ha cobrado especial interés por los proyectos de infraestructura y edificación a gran escala, que involucran a cientos (o miles) de empresas. La nube les permite acceder a la información en cualquier momento y desde cualquier lugar. Y la incorporación de nuevas empresas es casi inmediata.
Desde sus inicios, BIM ha aportado un modelo centralizado de coordinación fácil de compartir, pero, al trasladar BIM a la nube, los profesionales del sector pueden dar más fácilmente acceso a sus socios a toda la información que necesitan, siempre actualizada y en el formato idóneo.
La ampliación de 2017 del aeropuerto internacional de Oslo, en Noruega, es un buen ejemplo de hasta qué punto los estándares de interoperabilidad desempeñan un papel determinante en el proyecto. El promotor, Avinor AS, exigió utilizar BIM a todos los intervinientes en el proyecto y los obligó a entregar toda la documentación en IFC, lo que incluía cientos de modelos propios de este campo y más de dos millones de objetos singulares (puertas, muros, rociadores, luminarias…). Esta decisión redujo la necesidad de procesos de conversión manual y recortó miles de horas hombre en el transcurso del proyecto. A cambio, consiguió un promotor de lo más satisfecho.
Interoperabilidad de datos, no de archivos
Los archivos IFC interoperables han cambiado radicalmente la forma de proyectar, pero algunas organizaciones, como buildingSMART, piensan que el futuro de la colaboración en el sector de la construcción irá más allá de los archivos. Los archivos son un método bastante rudimentario para transmitir información; es mucho más interesante transferir exclusivamente los datos granulares necesarios para un objetivo específico. Las API de datos permitirán a los profesionales centrarse en su flujo de trabajo particular y en los datos imprescindibles para cumplir sus objetivos, lo que redundará en una comunicación más ágil y segura.
Los programadores ya cuentan con plataformas de API basadas en la nube (como Forge, de Autodesk) para desarrollar aplicaciones que aumentan e integran los datos de diseño y fabricación, se conectan con sistemas de software previos y crean nuevos flujos de trabajo que los ayudan a trabajar mejor y más rápido. Y las API pueden aliviar ciertos problemas de rendimiento asociados al intercambio de datos entre modelos cada vez más complejos.
Hace solo unos años, por ejemplo, era complicado conseguir que una solución mecánica se comunicara con un diseño arquitectónico. El enfoque basado en API y datos facilita mucho este intercambio de información. Imagina que necesitas acceder a los datos de diseño de una instalación de climatización que va a colocarse en la azotea de un gran edificio de viviendas. Las API te permiten extraer únicamente los datos granulares precisos, en lugar de todo el archivo monolítico.
La granularidad es un principio muy importante en este ámbito. Al fragmentar archivos monolíticos, puedes agilizar la transferencia de datos al tiempo que proteges tu propiedad intelectual. Para especificar las características del sistema de climatización para la azotea de un edificio de viviendas, no necesitas el mismo nivel de detalle que para fabricarlo. En su lugar, deberás combinar la información del edificio, las exigencias de confort de los usuarios y los objetivos medioambientales del proyecto. Estos factores bastarán para definir la escala y el tipo de sistema requeridos, precisar el tamaño de la unidad necesaria y comprobar si encaja en el espacio disponible.
Al proporcionar la geometría y los metadatos (habitualmente denominados “contenido listo para BIM”) que hacen posible esta manera de trabajar, los fabricantes de sistemas de climatización incrementan la posibilidad de que sus productos se incluyan en las especificaciones técnicas del proyecto. De este modo, el equipo de arquitectos se asegura directamente de que satisfará los objetivos de funcionamiento del cliente y el promotor se evita pagar dos veces por el mismo trabajo.
Todos juntos
La interoperabilidad de datos es esencial y está revolucionando las reglas del juego para todos, desde arquitectos a promotores. Más allá del claro incremento de eficiencia y productividad producido por el intercambio fluido de datos y el empleo de un lenguaje común, la interoperabilidad da alas a arquitectos, ingenieros y contratistas para colaborar en beneficio de todos.
Hoy, más que nunca, el sector de la construcción debe abordar y solucionar desafíos de una escala sin precedentes provocados por situaciones como el cambio climático, el rápido crecimiento de algunas ciudades e incluso futuras pandemias. Pero si nos remangamos y trabajamos todos juntos, codo con codo, el sector estará más preparado que nunca para hacer realidad la utopía.