¿Son los edificios simplemente productos de gran tamaño? El sector de la construcción parece pensar así y está tomando mucho prestado del campo de la fabricación, adoptando herramientas, procesos y formas de trabajar para reducir los costos y las ineficiencias. Eso ha llevado a una mayor colaboración intersectorial en algunas áreas, como los datos, y está afectando también a la forma en que se ejecutan los proyectos de construcción. La construcción industrializada ha llevado a una mayor prefabricación de componentes de construcción para su posterior ensamblaje in situ, un guiño claro a los procesos de fabricación.
Para los fabricantes, una mayor convergencia podría traducirse en cadenas logísticas más sólidas. La construcción está aportando también mayor agilidad al sector, al crear fábricas modulares que se pueden reestructurar y reconfigurar rápidamente para generar lotes más pequeños de productos de alto valor.
Los diseñadores están creando productos que incluyen aspectos estructurales, mientras que los arquitectos están construyendo estructuras que funcionan como productos. Así, los fabricantes deberían considerar la posibilidad de contratar personal con competencias que complementen los dos campos.
Darles a los datos una posición central en el proceso de desarrollo del producto ha llevado también a la convergencia del diseño con la fabricación. Al compartirse los datos en la nube entre las distintas herramientas de software se obtiene una experiencia más homogénea y una colaboración más estrecha entre departamentos, desde la planta de producción hasta la dirección. Esta convergencia basada en los datos puede acelerar exponencialmente el desarrollo de productos, al eliminar los silos de comunicación entre departamentos y liberar todo el potencial para una mayor automatización, lo que, a su vez, aumenta la productividad al reducirse las demoras del trabajo manual.
Las tecnologías de automatización, como el diseño generativo, aprovechan la inteligencia artificial (IA), la informática en la nube y los datos para automatizar aspectos del diseño y la fabricación, a la vez que difuminan ulteriormente las líneas que separan ambas disciplinas. Existe, además, un potencial enorme para reducir los desechos, al disminuir la cantidad de material utilizado y el número de piezas y trasladar más procesos de validación y prueba de entornos físicos a entornos simulados.
Estas convergencias apuntan hacia el futuro del trabajo, en el que los diseñadores se liberarán de las tediosas tareas manuales y tendrán más tiempo para pensar en la innovación. Asimismo, los ejecutivos dispondrán de mayor capacidad para centrarse en el crecimiento empresarial y los profesionales de la fabricación adquirirán nuevas competencias al trabajar en un entorno de robótica y automatización, mientras se mantienen conectados en todo momento con toda la cadena de suministro.
A medida que más elementos de construcción se fabriquen en entornos controlados y la robótica de construcción especializada ayude en el arduo trabajo manual, los trabajadores disfrutarán de condiciones más seguras y menos exigentes físicamente. Además, al compartir todos los empleados involucrados una serie de datos comunes (y con la ayuda de herramientas de realidad aumentada, virtual y mixta), el trabajo remoto será más eficiente.