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Luz verde para las obras de construcción: llega la maquinaria eléctrica

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Sobre el skyline de Hong Kong, este verano se perfilaba una grúa decidida a reformular el futuro de la ciudad; un buen ejemplo del cambio que está experimentando la construcción en todo el mundo.

La empresa constructora Gammon está levantando actualmente el Parque de la Ciencia de Hong Kong. La grúa de esta obra, alimentada por baterías eléctricas, es un claro exponente de esta próxima revolución (PDF, p. 14) que dará como resultado unas obras con energía 100 % eléctrica. Esta formidable maquinaria ya suele funcionar con energía eléctrica, pero requiere tanta potencia que muchos encargados la conectan a pestilentes generadores diésel para evitar sobrecargas en la red. Sin embargo, en este caso, el suministro eléctrico para la grúa y otras máquinas proviene de unas enormes baterías de iones de litio llamadas Enertainers, lo que deja claro que existen alternativas a las habituales emisiones de las obras de construcción.

Esta obra de Gammon es una de las primeras en que la empresa se ha propuesto que toda la maquinaria sea eléctrica. La caída de los precios de las baterías ha facilitado este impulso a la sostenibilidad y la reducción de emisiones. Según Stefan Schneider, director ejecutivo de SUNCAR HK AG (una compañía con sede en Zúrich y dedicada a la electrificación de equipos de construcción), suelen aducirse tres impedimentos para que los contratistas se sumen a esta tendencia: la maquinaria eléctrica es más cara, aquellos que se la pueden permitir apenas encuentran modelos disponibles y el limitado rendimiento de las baterías obliga a parar cada poco tiempo para recargar.

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Trabajos de cimentación con cero emisiones mediante una excavadora de 16 toneladas con batería eléctrica y una perforadora de 55 toneladas alimentada por energía eléctrica gracias a SUNCAR HK AG. Gentileza de SUNCAR HK AG.

El desarrollo tecnológico y la evolución de las ordenanzas y decretos municipales están impulsando la adopción de equipos de construcción adaptados a energías renovables. En la capital noruega se inició el pasado año la primera construcción con cero emisiones y las autoridades locales han regulado (PDF, p. 6) que todas las obras deberán alcanzar este objetivo de sostenibilidad para 2025. Los principales agentes del sector del país afirman que para 2030 existirán diversas opciones eléctricas o de hidrógeno y serán de uso común. Conseguirlo supondrá una importante reducción de emisiones, ya que, según un análisis de la oficina para el clima de Oslo, la construcción es responsable de entre el 5 y el 10 % (PDF, p. 6) de las emisiones anuales en ciudades similares.

Los fabricantes de maquinaria de construcción aseguran que en breve saldrán más vehículos eléctricos de las líneas de producción. Doosan Bobcat ha anunciado una nueva línea de excavadoras con sistemas híbridos hidráulicos/eléctricos que saldrá a la venta antes de finalizar 2020, y Volvo también comenzará a reservar pedidos para excavadoras y palas mecánicas eléctricas este año. De acuerdo con las previsiones del Rocky Mountain Institute, para 2023 podrán encontrarse en el mercado norteamericano 19 versiones de camiones pesados eléctricos o de pila de combustible, frente a los 5 modelos actuales. Por su parte, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles y el Instituto de Potsdam para la Investigación del Cambio Climático han acordado que para el año 2040 todos los camiones nuevos vendidos deberán funcionar sin combustibles fósiles.

Cualquiera que haya sufrido cerca de su vivienda el alboroto de una obra (con el ruido constante, el desagradable olor a gases de combustión, el sonoro pitido de los camiones dando vueltas de la mañana a la noche) puede intuir las ventajas de una construcción completamente eléctrica gracias a las baterías.

“No ha habido mucha regulación de las emisiones, el ruido y la salubridad de las obras ―reconoce Schneider―, y por ese motivo quizás no se haya prestado mucha atención a la posibilidad de construir con cero emisiones”. Gracias a los equipos eléctricos de construcción se elimina gran parte de los gases y el bullicio de las obras, y tanto los trabajadores como la población evitan exponerse a humos tóxicos y al óxido nitroso.

Las constructoras pueden obtener otra serie de ventajas de este abandono del diésel. Los motores eléctricos son más fiables y requieren menos mantenimiento: diversos estudios muestran que el sobrecoste inicial se amortiza con una mayor vida útil. Además, la impoluta recarga eléctrica sustituye al repostaje manual de combustible de las máquinas de mayor tamaño. Y, al reducir el ruido y la polución, se puede prolongar la jornada de trabajo: como en la obra de Gammon en Hong Kong no se quema combustible, se ha podido sobrepasar el horario legal permitido y acortar los plazos globales. Si las ciudades implementaran normativas similares a las emisiones de los automóviles, este sector avanzaría con más decisión hacia la sostenibilidad.

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Una excavadora eléctrica ayuda a picar piedra en una cantera. Gentileza de SUNCAR HK AG.

La maquinaria de construcción ya ha dado algunos pasos en este sentido en Norteamérica gracias a la normativa de emisiones de la Agencia para la Protección del Medioambiente de los Estados Unidos, que también exigió un mayor rendimiento (las regulaciones de nivel 4 solo permiten cantidades mínimas de óxido de nitrógeno y partículas en suspensión). Pero conforme las baterías se vuelven más baratas, resistentes y fiables, se esfuman las excusas para no usar grúas y maquinaria pesada eléctrica, según Schneider. De hecho, SUNCAR HK AG ya produce excavadoras de entre 1,6 y 16 toneladas que se alimentan mediante baterías eléctricas. Además, en colaboración con Liebherr ha desarrollado una perforadora totalmente eléctrica: la LB16 unplugged. Por otra parte, la empresa noruega Nasta fabrica una excavadora eléctrica de 38 toneladas.

Schneider añade: “Es complicado equipar las máquinas de mayor consumo de combustible con baterías que duren toda la jornada, pero la mayor parte del tiempo pueden trabajar conectadas a la red”.

Los ensayos in situ con vehículos pesados eléctricos muestran resultados prometedores. Volvo y la empresa internacional de construcción Skanska hicieron una prueba de 10 semanas en la cantera de Vikan Kross de Gotemburgo, en Suecia, y comprobaron que esta opción, más sostenible, reducía las emisiones de las obras un 98 %. El costo energético se redujo un 70 % y el costo de funcionamiento global cayó un 40 %.

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En una prueba de 10 semanas con vehículos eléctricos, Volvo y Skanska redujeron un 98 % las emisiones en las obras de la cantera de Vikan Kross de Gotemburgo, en Suecia. Gentileza de Volvo.

Estas cifras muestran por qué los grandes del sector se han decidido por la electricidad. Aunque la mayoría de los vehículos todavía funcionan mediante una configuración híbrida eléctrica/hidráulica, es posible transformarlos en 100 % eléctricos sustituyendo los sistemas hidráulicos por actuadores eléctricos (pequeños componentes móviles electromecánicos) controlados por un complejo código informático que reproduce los movimientos hidráulicos tradicionales. Muchas empresas están probando ya en obra algunos prototipos eléctricos, lo que parece indicar que muy pronto estarán ya a la venta y trabajando a pleno rendimiento.

La maquinaria de construcción puede contagiar este impulso verde al transporte en general. La construcción 100 % eléctrica avanza en paralelo a iniciativas en California y otros muchos lugares del mundo para electrificar otras grandes fuentes de emisiones de carbono, como los camiones y el transporte. La mayor fuente de emisiones debidas al transporte de los Estados Unidos se debe al traslado de mercancías (27 %). El estado de California acaba de publicar una rigurosa normativa que exige que todos los camiones sean eléctricos para 2045. California, Oregón y Washington están auspiciando la Iniciativa del Corredor de Tránsito Limpio de la Costa Oeste, que creará una red de estaciones de carga de vehículos eléctricos para camiones de mercancías a lo largo de la Interestatal 5, una de las principales autopistas que discurre paralela a la costa desde la frontera de Canadá hasta la de México. También Europa se ha propuesto reducir un 22 % las emisiones del transporte por carretera en 10 años.

En las obras de construcción reina el ajetreo, pero todo el ecosistema, desde la entrega de mercancías hasta el consumo energético, debe electrificarse para que el sector contribuya realmente a la reducción de emisiones. Afortunadamente, cada día disponemos de más opciones de maquinaria eléctrica capaz de acometer la ardua pero necesaria tarea de construir un futuro más limpio.

Acerca de

Desde su cuartel general en Los Ángeles, Patrick Sisson escribe sobre diseño y cultura. Consiguió que Stefan Sagmeister llegara tarde a una cita y se ganó una bronca de Gil Scott-Heron por hacerle demasiadas preguntas. Ha publicado en multitud de revistas culturales estadounidenses.

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