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Por qué los megadatos mitigan los riesgos y ayudan a las empresas de construcción

big data in construction

Las empresas de construcción que adoptan determinada tecnología para adelantar la ejecución pueden llegar a ser altamente eficientes. Pero si no se esfuerzan por comprender los datos del proyecto, están dejando pasar una gran oportunidad. Es como si se construyera un motor a reacción más potente y mejor, para que luego nunca alce el vuelo.

La digitalización de todos esos documentos que se generan en la construcción supone una gran abundancia de datos, pero pocos contratistas tienen tiempo para analizarlos y llevar a cabo múltiples proyectos a la vez. Hay herramientas de aprendizaje automático que pueden automatizar el proceso, ayudando a encontrar la causa de problemas recurrentes. Las empresas pueden utilizar megadatos para identificar las tendencias en la construcción, desde problemas de calidad hasta riesgos de seguridad, y así alcanzar mejores resultados en proyectos futuros.

Las empresas con las que trato afirman que necesitan reducir los riesgos e introducir una mayor capacidad de predicción en sus proyectos. De conseguirlo, serían más productivas y lograrían aumentar el margen de beneficio. Adoptar tecnologías de gestión de la construcción es el primer paso para una buena gestión de riesgos. Cuando se digitalizan todos los documentos relacionados con un proyecto —incluso órdenes de modificación, solicitudes de información, envíos e informes de problemas—, se reúne gran cantidad de información, que crece significativamente con cada nuevo proyecto. Las herramientas de aprendizaje automático analizan los datos del proyecto para detectar y dar parte de las tendencias en calidad y seguridad, y luego marcan los riesgos. Cuanto más relevante sea la información que se introduce en el sistema, más predictivos serán los resultados.

La cuestión es si están preparados los contratistas para completar ese cambio cultural —renunciar a papeleos inconexos a cambio de digitalizar el proceso— acceder a información sobre el estado de sus compañías según indicadores clave de rendimiento (KPI). ¿Están dispuestos a aplicar nuevas tecnologías a un proceso que siempre ha sido manual, o a cambiar totalmente de proceso?

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La cruda realidad es que los contratistas ya trabajan muy duro para seguir el ritmo de unos calendarios muy exigentes, sobre todo cuando no cuentan con tanta plantilla como sería necesaria para cubrir la demanda de proyectos de construcción. Por un lado, están hasta arriba de trabajo y la automatización podría aliviar parte de la presión que sufren sus plantillas, introducir más predictibilidad en sus procesos y reducir el riesgo del proyecto. Por otro lado, este tipo de empresas no tiene tiempo para parar y modernizarse, proceso equiparable a cambiar ese motor a reacción en pleno vuelo. No hay un solo contratista general que vaya a decir: «Voy a dejar de aceptar trabajos mientras instauro este nuevo proceso digital».

Un radical cambio cultural en la construcción

Hace una década, la construcción rondaba los puestos inferiores de la lista de industrias que habían adoptado nuevas tecnologías de un modo significativo. Aquello le dio mala fama al sector, pero también supuso, en la práctica, un desafío. Desde entonces, el mundo de la construcción ha cambiado profundamente a medida que las compañías se daban cuenta de que la tecnología ha de ser una parte central de su práctica empresarial.

La construcción no solo consiste en el trabajo manual y el equipamiento de la obra; la tecnología es una herramienta muy útil en cualquier estudio. Ese es el tipo de mentalidad que ayuda a ganar concursos, estimula la productividad y conduce a proyectos de mayor calidad. También es la actitud que deberá adoptar la industria de la construcción si quiere cubrir la formidable demanda de edificios e infraestructuras de aquí a 2040.

Las compañías que han completado con éxito la transición a procesos automatizados han experimentado un profundo cambio cultural en sus organizaciones. Han dotado a unos equipos expertos de los medios para utilizar la tecnología allá donde vaya a tener el mayor impacto posible. Estos equipos observan el panorama tecnológico y los procesos existentes, para después introducir aquellos elementos que puedan hacer frente a los retos específicos de la empresa. Es una tarea que exige gran dedicación.

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Un ejemplo de éxito en el proceso de adaptación es Suffolk Construction, empresa cuya cultura de la innovación está espoleando un proceso de construcción más predecible y menos propenso a errores. Jit Kee Chin, vicepresidente ejecutivo y director de datos, se toma la estrategia tecnológica de la empresa muy en serio. Suffolk va a la vanguardia gracias al uso del aprendizaje automático para analizar datos, predecir riesgos y construir edificios de mejor calidad.

Para las compañías de construcción, adoptar una actitud protecnología —ya sea contratando un director científico de datos, un director de tecnología o un estratega tecnológico— significa contar con alguien a bordo que se despierte cada mañana preguntándose: «A ver, ¿cuáles son los retos a los que nos enfrentamos como empresa, y qué tecnologías existen que nos puedan ayudar?».

Buscar más allá de las KPI

Adoptar tecnologías de construcción no es simplemente automatizar la dirección de obras. Los contratistas están recurriendo a la tecnología para encontrar modos de obtener mejores resultados en todos los ámbitos, desde los empleados hasta la empresa, pasando por los clientes. Se puede recabar la información suficiente en un periodo de tan solo uno a tres años para predecir los factores de riesgo y realizar cambios que mejoren el rendimiento de futuros proyectos.

Swinerton se sirve de Autodesk BIM 360 Project IQ, una herramienta de aprendizaje automático, para gestionar los riesgos de los contratistas. La herramienta le ayuda a destacar subcontratistas de alto riesgo, infractores reincidentes que hayan acumulado problemas o cometido errores repetidas veces. Limitando los riesgos a los que la empresa se podría exponer se evita el tipo de problemas que pueden generar los sobrecostes o los retrasos en los plazos. Rastrear los datos manualmente no es práctico, y es poco probable que los resultados vayan a ser de mucha utilidad. Con herramientas de aprendizaje automático, el proceso es muy rápido y la precisión va mejorando a medida que la herramienta recopila más datos y aprende de varios proyectos.

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Si los contratistas usaran el aprendizaje automático para establecer unos criterios con KPI de calidad y seguridad, así como unos objetivos que tengan un impacto neto positivo en la empresa, mejorarían los márgenes. Como consecuencia, aumentarían también los beneficios. La calidad y la seguridad son dos de los factores principales que impactan en la productividad de la obra y, por ello, en la rentabilidad. Todo lo que un contratista pueda hacer de cara a reducir riesgos, para asegurarse de que los obreros salgan a diario sanos y salvos de la obra, tendrá un impacto tremendo en el balance final.

Corregir el problema de raíz

Cuando varias empresas y equipos de proyecto se reúnen para ejecutar un proyecto complejo, pueden fracasar en múltiples aspectos. Estos problemas pueden originarse en la fase de diseño y propagarse hasta la construcción en obra, donde quizá no se descubran hasta que ya sea demasiado tarde para solventarlos.

Ya sea un error de diseño que ha de corregirse o una construcción que requiera modificaciones, los errores suponen un problema real de seguridad en la obra. La calidad afecta a la seguridad, y viceversa. El reto es evitar desde el principio que se den dichos problemas.

La solución pasa por identificar las causas de fondo, utilizando gran cantidad de datos recopilados por tecnologías de construcción. Las herramientas de aprendizaje automático pueden predecir, señalar y priorizar problemas de calidad y seguridad a los que haya que hacer frente, lo que evita problemas en futuros proyectos. Cualquier empresa de construcción te dirá que necesita reducir los riesgos y hacer que los proyectos sean menos complejos y más predecibles. La tecnología, al evitar esperas frustrantes y situar a la empresa en una vía más rápida y segura, es el modo de conseguirlo.

Acerca de

Jim Lynch – Vicepresidente y director general de la unidad de Construcción de Autodesk Jim Lynch es un reputado directivo en el sector del software de construcción. Actualmente, es vicepresidente y director general de la unidad de Construcción de Autodesk. Como tal, lidera los esfuerzos de Autodesk por idear y llevar a cabo un amplio abanico de productos y servicios, tales como la Autodesk Construction Cloud, pensados para acelerar la transformación de la industria de la construcción, pasando de una serie de procesos analógicos a flujos de trabajo digitales. Lynch ha apostado por las aplicaciones informáticas para empresas a lo largo de toda su carrera profesional. En sus más de 20 años de trayectoria en Autodesk, su capacidad de liderazgo lo ha llevado a puestos de creciente responsabilidad. De hecho, su contribución fue clave en la institución de BIM como estándar en el sector.

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