Por el recinto de la obra hay un conjunto de dispositivos de anclaje de mayor tamaño fijados a los materiales de construcción. Esto crea una red que sitúa a los trabajadores como unidades en el espacio. Dichos anclajes también miden la temperatura, la humedad y la presión atmosférica, cosa que ofrece a los obreros una mayor protección en cuanto a cotas peligrosas de calor y, también, más flexibilidad.
“Si hay una parte de la obra en la que hace demasiado calor pero aún es aceptable, se pueden enviar oficiales de seguridad para determinar si se debe cerrar o no —expone Pifko—. Sin este tipo de monitorización de la temperatura, o bien no saben el calor que hace en un espacio cerrado, con lo cual corren más peligro, o puede pasar lo contrario: que tengan un par de termómetros para toda la obra y haya que cerrarla entera”. Finalmente, una unidad de acceso (en esencia, un pequeño ordenador) en cada uno de los recintos de la obra vincula todas las unidades del terreno y las conecta a internet.
Para abordar cuestiones de privacidad y seguridad, la unidad de acceso es el único elemento conectado a internet (y a un enchufe: el resto de piezas están fabricadas para tener una duración de batería extremadamente larga). El mapa virtual de la obra de WakeCap es autónomo en gran medida y no está conectado a ningún otro dato de geolocalización —ni online ni de otro tipo—; en su lugar utiliza la intensidad de señal como indicador de distancia. Los cascos no tienen cámaras ni receptores GPS: “Medimos la intensidad de señal con relación a los anclajes que están colocados a nuestro alrededor mediante lecturas de RSSI [siglas de Received Signal Strength Indicator] y después una multilateración de la ubicación del casco —indica Pifko—. Es importante destacar que el rastreo termina cuando el trabajador abandona la obra”.
Aunque WakeCap viene con su propio software, que recaba y muestra datos de ubicación y proximidad, está diseñado para trabajar con software de gestión de proyectos, plataformas de notificación de emergencias y aplicaciones de registro y asistencia. En el último caso, el registro de los trabajadores cuando llegan a la obra es un salto de gigante hacia la comunicación sin contacto que se ha vuelto tan necesaria en la era del COVID-19. Según Pifko: “Ya no hay tarjetas perforadas, ni un bolígrafo con el que firma todo el mundo, ni firmas en un iPad compartido. Ahora con que entren en la obra es suficiente”.
WakeCap permite a los usuarios importar mapas y modelos de la obra y superponer y designar zonas por ubicación y función. Este tipo de divisiones puede ayudar a los obreros a minimizar cuellos de botella, asegurándose de que no hay demasiadas personas en una zona concreta, en un momento en el que el distanciamiento social es un principio básico de seguridad en el entorno laboral.
Más allá de la preocupación por el COVID-19, gran parte del valor de WakeCap reside en el modo en que les ofrece a los constructores una imagen más completa de los itinerarios que realizan las personas por la obra, cosa que les permite refinar aún más los procesos y obtener una mayor eficiencia. La integración con software de gestión de proyectos significa, en palabras de Pifko, que “podemos partirlo y dividirlo por subcontratista o por proveedor. El contratista general puede gestionar el tiempo de trabajo y la productividad por sus proveedores y subcontratistas en una obra de construcción”.
Estos tipos de mejoras de la eficiencia son relativamente fáciles para la industria de la construcción, que va gravemente atrasada en cuanto a procesos de digitalización y depende del coste de la mano de obra (que puede llegar a ser la mitad de un presupuesto de construcción normal). En ese sentido, el panel de control del gestor de proyectos del WakeCap permite a los constructores examinar qué fracción de tiempo se pasa en zonas productivas de la obra, calculada por cada trabajador o por grupo. Así pueden identificarse al instante los subcontratistas que estén trabajando por debajo del ritmo adecuado. Todo esto evita impactos negativos en el presupuesto y los plazos programados.