¿Cómo será la fabricación en 2021? 5 tendencias en alza
Había en marcha grandes cambios sistémicos en la industria manufacturera para hacer converger lo físico y lo digital antes de los episodios de desestabilización generalizada de 2020, una situación que aún no hemos dejado atrás. Las tendencias que se derivan de los efectos del Brexit, las nuevas oleadas de COVID-19 y las consecuencias desencadenadas de las nuevas formas digitales de vida y trabajo prometen seguir cambiando el terreno de la fabricación en 2021.
Incluso antes de que la pandemia echara abajo sus planes y objetivos, los fabricantes trataban de mantener la rentabilidad mientras adoptaban, o planeaban adoptar, las iniciativas de digitalización de la Industria 4.0. En 2021, el sector manufacturero seguirá afrontando perturbaciones en el terreno económico y cambios en el comportamiento de los consumidores y en los patrones de comercio globales.
Las eficiencias que se logran al fusionar lo físico con lo digital en el campo de la fabricación (desde las cadenas logísticas adaptables hasta la mejora en las competencias digitales y la automatización inteligente) son vitales hoy para cumplir con los objetivos de sostenibilidad. No obstante, muchos líderes de opinión del sector también creen que esta convergencia es un reto que las empresas tienen que asumir si quieren prosperar. Habrá una serie de riesgos que mitigar, pero, lo que es más importante, habrá también oportunidades que podrán aprovechar a medida que el sector reinventa nuevas posibilidades.
Estas son cinco tendencias actuales que continuarán definiendo el futuro próximo, con algunas reflexiones sobre cómo puede responder el sector.
1. Mayor demanda de productos personalizados
Es posible que la personalización en masa no sea un concepto nuevo, pero la demanda de productos personalizados está aumentando. En las categorías de productos saturadas, cada vez es más difícil destacar solo a través de ciertos rasgos distintivos. Además, 2020 hizo que los consumidores se dieran cuenta de las cosas que más valoran. Desde los productos de consumo de alta rotación hasta la maquinaria industrial, los clientes demandan productos que reflejen sus necesidades particulares.
Este año, los fabricantes tendrán que encontrar formas de responder a un mercado aún más ávido de personalización a gran escala. Y tendrán que hacerlo sin perder de vista la rentabilidad, a pesar del aumento en los gastos que conlleva la producción a medida. Mientras tanto, los equipos de diseño y fabricación tendrán que evitar verse abrumados por sistemas de desarrollo de productos sobrecargados de solicitudes de personalización, que pueden provocar embotellamientos y dar al traste con la innovación. Afortunadamente, a medida que la demanda cobre forma, habrá oportunidades de revisar tanto los precios como los procesos y requisitos. Después de todo, los estudios demuestran que los consumidores están dispuestos a pagar, de media, un 20 % más por los productos personalizados y a esperar más tiempo para recibirlos.
2. Auge de los productos inteligentes
Los consumidores están desarrollando rápidamente nuevas formas de comportamiento, y sus expectativas crecen a un ritmo más rápido que el que la fabricación puede seguir. De los 30 000 nuevos productos que salen al mercado cada año, un 72 % no alcanza los objetivos de rentabilidad.
Tras las crisis de 2020, los consumidores quieren tener una vida mejor, por lo que todo lo que compran tiene que aportar valor. Pero ¿qué constituye el valor? Para conocer la respuesta, los fabricantes necesitan acercarse a los usuarios finales.
En 2021, las empresas de fabricación inteligente no se centrarán tan solo en conceptos como los megadatos y el IoT, sino también en interpretar mejor los datos que ya tienen. Así, utilizarán esos datos para crear productos más inteligentes y para ofrecer un mayor número de servicios y ventajas, lo que, a su vez, les permitirá conocer cómo evolucionan las preferencias y el comportamiento de los consumidores. En vez de en productos, los fabricantes deberían pensar en ecosistemas enteros, añadiendo aplicaciones, funcionalidades de software o nuevos modelos de suscripción que les aporten ingresos (y datos) periódicamente.
Mientras tanto, los diseñadores de productos deberán prestar toda su atención a la experiencia del cliente. En lugar de centrarse en nuevos formatos, características y ventajas, necesitarán un flujo de información actualizada sobre los clientes y los proveedores, análisis para interpretar los datos y herramientas para aplicar al diseño todo lo aprendido.
3. Uso de los datos para orientar la automatización
La automatización de tareas repetitivas ya está bien establecida en países con costos altos, especialmente en industrias, como la automotriz, que fabrican productos estándar o en serie.
El desafío en 2021 será aplicar la automatización a mercados definidos por tendencias, como la personalización en masa, donde muchos procesos y esquemas no se pueden programar por adelantado. Por ejemplo, se puede utilizar la automatización para atender a categorías de preferencias de los clientes, en lugar de a cada capricho individual, lo que permite a los fabricantes crear productos personalizados sin dejar de ser eficientes. Para eso, es necesario alimentar los sistemas de automatización con datos que residen actualmente en silos, como máquinas independientes o soluciones de software desconectadas.
Aplicar nuevos niveles de automatización, traspasando la planta de producción, también aportará valor y será un factor clave para el logro de nuevas eficiencias. Por ejemplo, un uso más intenso del diseño generativo contribuirá a automatizar la resolución de problemas y permitirá que ingenieros y diseñadores se centren en otras tareas de valor añadido.
Una salvedad: hay que evitar considerar la automatización como una panacea para ahorrar costos. En la cadena de valor de la fabricación, las personas representan otro tipo de silo de datos, y la información y la experiencia con que cuentan resultan inestimables. Los fabricantes tienen que encontrar un equilibrio entre el trabajo humano y el de las máquinas si quieren evitar servir de lección para otros, como le ocurrió a Tesla con la excesiva automatización de la producción del Model 3, que provocó graves retrasos.
4. Mayor adaptabilidad de la cadena logística
Cuando la pandemia alteró este año las relaciones con los proveedores, se suponía instintivamente que el abastecimiento, con el tiempo, volvería a la normalidad, lo cual ha resultado ser falso. Incluso cuando los proveedores locales tienen los productos que los fabricantes necesitan y la capacidad para aceptar nuevos pedidos, restricciones como los confinamientos pueden impedir a las personas acceder a sus centros de trabajo e impedir el paso de los materiales.
Las cadenas de suministro deben ser lo suficientemente flexibles para adaptarse a las fluctuaciones del mercado: 2020 demostró cómo se habían vuelto de frágiles tras años de incesante optimización de costos. Reveló también la medida en que los fabricantes confían aún en una serie de proveedores estratégicos esenciales que no son fácilmente reemplazables. En 2021, los fabricantes deberán adoptar medidas para aumentar la resiliencia de la cadena logística. Revisar las relaciones con los proveedores para comprender dónde están las capacidades críticas les ayudará a protegerse contra posibles perturbaciones.
Las empresas pueden invertir en una mayor conectividad digital con proveedores estratégicos para fortalecer la colaboración. También pueden tomar medidas para reducir el riesgo de inactividad operativa buscando proveedores de reserva para los materiales, servicios o componentes vitales. Invertir en una serie de competencias digitales para fomentar un mayor intercambio de información cobrará una nueva importancia. Los fabricantes podrían considerar la posibilidad de ofrecer capacitación a proveedores estratégicos clave para ayudarles a adaptarse a las nuevas herramientas de comunicación y colaboración.
5. Convergencia de la fabricación con la construcción y el diseño
¿Son los edificios simplemente productos de gran tamaño? El sector de la construcción parece pensar así y está tomando mucho prestado del campo de la fabricación, adoptando herramientas, procesos y formas de trabajar para reducir los costos y las ineficiencias. Eso ha llevado a una mayor colaboración intersectorial en algunas áreas, como los datos, y está afectando también a la forma en que se ejecutan los proyectos de construcción. La construcción industrializada ha llevado a una mayor prefabricación de componentes de construcción para su posterior ensamblaje in situ, un guiño claro a los procesos de fabricación.
Para los fabricantes, una mayor convergencia podría traducirse en cadenas logísticas más sólidas. La construcción está aportando también mayor agilidad al sector, al crear fábricas modulares que se pueden reestructurar y reconfigurar rápidamente para generar lotes más pequeños de productos de alto valor.
Los diseñadores están creando productos que incluyen aspectos estructurales, mientras que los arquitectos están construyendo estructuras que funcionan como productos. Así, los fabricantes deberían considerar la posibilidad de contratar personal con competencias que complementen los dos campos.
Darles a los datos una posición central en el proceso de desarrollo del producto ha llevado también a la convergencia del diseño con la fabricación. Al compartirse los datos en la nube entre las distintas herramientas de software se obtiene una experiencia más homogénea y una colaboración más estrecha entre departamentos, desde la planta de producción hasta la dirección. Esta convergencia basada en los datos puede acelerar exponencialmente el desarrollo de productos, al eliminar los silos de comunicación entre departamentos y liberar todo el potencial para una mayor automatización, lo que, a su vez, aumenta la productividad al reducirse las demoras del trabajo manual.
Las tecnologías de automatización, como el diseño generativo, aprovechan la inteligencia artificial (IA), la informática en la nube y los datos para automatizar aspectos del diseño y la fabricación, a la vez que difuminan ulteriormente las líneas que separan ambas disciplinas. Existe, además, un potencial enorme para reducir los desechos, al disminuir la cantidad de material utilizado y el número de piezas y trasladar más procesos de validación y prueba de entornos físicos a entornos simulados.
Estas convergencias apuntan hacia el futuro del trabajo, en el que los diseñadores se liberarán de las tediosas tareas manuales y tendrán más tiempo para pensar en la innovación. Asimismo, los ejecutivos dispondrán de mayor capacidad para centrarse en el crecimiento empresarial y los profesionales de la fabricación adquirirán nuevas competencias al trabajar en un entorno de robótica y automatización, mientras se mantienen conectados en todo momento con toda la cadena de suministro.
A medida que más elementos de construcción se fabriquen en entornos controlados y la robótica de construcción especializada ayude en el arduo trabajo manual, los trabajadores disfrutarán de condiciones más seguras y menos exigentes físicamente. Además, al compartir todos los empleados involucrados una serie de datos comunes (y con la ayuda de herramientas de realidad aumentada, virtual y mixta), el trabajo remoto será más eficiente.
2021: Año de la transformación digital para el sector de la fabricación
El hilo conductor de la digitalización recorre todas estas tendencias para 2021. Este será el año en que los fabricantes se den cuenta de que la transformación digital no se limita a las aplicaciones de producción, como los robots, sino que es aplicable a todo el ciclo empresarial: desde el concepto, el diseño, la ingeniería, la producción y la experiencia del cliente hasta la gestión y las operaciones. Con su enorme potencial para reducir el desperdicio de materiales, posibilitar una colaboración remota fluida y fomentar otros tipos de eficiencia, la transformación digital es clave en el camino hacia la transformación sostenible de la industria.
Este año, los fabricantes necesitarán una estrategia digital capaz de superar los desafíos que plantean la globalización, la personalización, la resiliencia y la complejidad, así como de eliminar toda posible incertidumbre en el desarrollo de los productos.