El primer puerto de cruceros sobre el Pacífico impulsará el turismo en Panamá
En la isla Perico, muy cerca de la costa, el puerto de cruceros de Amador impulsará el desarrollo del turismo y los servicios en Panamá. El proyecto abarca una superficie de 8.5 hectáreas, con un presupuesto de 165 millones de dólares.
La terminal –que consta de un muelle con espacio para recibir a dos embarcaciones de gran porte y una edificación principal protegida por una gran cubierta triangular de 16 000 metros cuadrados– se está construyendo sobre terrenos de relleno y será la primera ubicada en el Océano Pacífico.
En 2017, la Autoridad Marítima de Panamá adjudicó el nuevo puerto a un consorcio formado por la firma Jan De Nul –la cual tiene su base en Luxemburgo y está especializada en dragado– y la empresa China Harbour Engineering Company, con experiencia en infraestructura e ingeniería marina en todo el mundo. A ellos se sumó Mallol Arquitectos, un tradicional estudio panameño con 40 años de trayectoria y que ganó el concurso para el proyecto conceptual de arquitectura.
Ignacio Mallol Azcárraga, CEO de Mallol Arquitectos, sintetiza la relevancia que tendrá para el país el funcionamiento del nuevo puerto: “Por primera vez, se podrá generar una ruta de cruceros sobre el Pacífico con Panamá como home port, y además los turistas que lleguen desde el este podrán cruzar el Canal e ir a una ruta en el Atlántico”, explica.
La Terminal de Cruceros de Amador se suma a la ampliación del Aeropuerto Internacional de Tocumen, con diseño de Foster + Partners y Mallol como asociado local, que es otra de las piezas de infraestructura receptora de turismo internacional. En 2019, esa industria supuso el 4% del Producto Interno Bruto del país, de manera directa, y hasta el 14%, considerando restaurantes y comercios.
Ubicación privilegiada: con océano a ambos lados
En 1915, parte de las rocas extraídas para abrir el Canal de Panamá se utilizaron para conformar una península artificial que une al continente con las islas Perico, Naos y Flamenco. La Calzada de Amador –o Causeway–, se convirtió rápidamente en un paseo público, con sendas para bicicletas, marinas y sitios de contemplación de los barcos que aguardan para atravesar el Canal.
“En un lugar adyacente a la isla Perico –detalla Mallol–, formulamos un relleno y una gran escollera para generar el solar donde levantar el puerto, con excelentes vistas al centro de la ciudad. Es una ubicación privilegiada, donde se encuentran lugares turísticos importantísimos, como el Museo de la Biodiversidad, diseñado por Frank Gehry”.
Con una larga historia en dragado del océano, en Panamá se tomaron todas las medidas necesarias para preservar la flora y fauna marinas. El arquitecto explica que se trata de zonas donde el tránsito marítimo es constante desde hace muchos años, por lo que se cuenta con decenas de estudios previos. “Proyectos como la Terminal de Cruceros balancean el impacto ambiental con los beneficios socioeconómicos. En un principio, habrá un muelle donde recibir dos cruceros a la vez, lo que representa unas 5000 personas desembarcando en el mismo momento”, agrega Mallol.
La capacidad del puerto se duplicará en una segunda etapa para reforzar el objetivo de incrementar el turismo: “Queremos que las personas que vienen se hospeden por más tiempo, lleguen dos días antes de zarpar, y se queden unos días más al regreso. Es un reto muy importante para la ciudad”, dice el arquitecto.
Para recibir pasajeros, la Terminal de Cruceros de Amador se diseñó como una gran cubierta metálica de 16 000 metros cuadrados, bajo la cual se disponen otras construcciones. Considerando el clima tropical panameño, toda el área queda protegida del sol y de las lluvias, que arrecian 9 meses al año. “La cubierta es una estructura tridimensional soportada por unos pocos puntos verticales, por lo cual se genera un espacio abierto por el que circula el aire. La luz, filtrada, ingresa a través de tragaluces dispuestos en el techo, el cual posee una doble curvatura”, describe Mallol.
Un ejemplo de coordinación entre equipos
Debido a que la obra se construye con el sistema fast track, el proyecto se va validando en todos los rubros a la vez, por lo que la coordinación en la nube es vital. Arquitectos, electromecánicos, especialistas en sostenibilidad, ingenieros y project managers (tanto de la constructora como de la Autoridad Marítima) trabajan en paralelo.
“Al mismo tiempo estábamos haciendo planos, se estaba construyendo, cotizando y colaborando con el posible proveedor de la estructura. Es necesario un equipo grande –asegura Mallol– que permita visualizar la obra en todos sus aspectos en un mismo momento”.
El titular del estudio cuenta que utilizaron Autodesk Revit, para el modelado; Navisworks, para detectar interferencias, e Insight 360, para garantizar la sustentabilidad del proyecto. Un segundo equipo se ocupó del modelado de la cubierta de doble curvatura con Autodesk Dynamo. “Trabajamos con 17 modelos, lo que nos dio la posibilidad de predecir lo que iba a pasar en campo antes de llegar a él”, dice Mallol y aclara que la mayoría de los componentes de la obra se producen fuera de sitio. Las piezas de la estructura de acero de la cubierta vienen listas para ensamblar desde China, y la envolvente del techo, desde España.
“Las terminales, ya sean de cruceros, terrestres o aéreas, son edificios especialmente complejos, con grandes cantidades de usuarios y necesidades intrínsecas de seguridad y circulación. Pero eso no puede ser todo. Nuestra función como arquitectos es encontrar el valor agregado, hacer del proyecto algo único”, subraya el arquitecto. “Buscamos que sea un lugar en el que personas que no van a viajar también puedan estar, mucho más en una ciudad que está mirando al mar. Latinoamérica siempre está ‘pidiendo’ estos espacios públicos, entonces, cuando se hacen estas infraestructuras, debemos aportar algo a la comunidad”.
La pandemia de COVID-19 demoró casi un año los plazos de la obra y frenó la concesión de la terminal que la Autoridad Marítima estaba negociando con empresas internacionales. Con todo, Mallol cree que el proyecto estará terminado a principios de 2022 y podrá adaptarse fácilmente a los cambios que imponga la nueva normalidad. “La plaza es abierta y la cubierta deja la planta libre, así que permite la ventilación cruzada entre edificios”, explica.
Cuando comience a funcionar, la Terminal de Cruceros de Amador será un atractivo turístico en sí mismo. “No tenemos el control del futuro del proyecto, pero sí nos toca promover”, revela Mallol. Y cuenta que en los últimos meses han iniciado conversaciones para que en la plaza de la terminal se incluyan actividades relacionadas con la cultura local y así conformar una nueva puerta de entrada a la ciudad de Panamá.