La tecnología como catalizador de vacunación en mercados emergentes
- Los mercados emergentes no han tenido el mismo acceso a la vacunación contra la COVID-19 y las mejoras en infraestructuras para la distribución son necesarias en muchos países.
- La start-up tecnológica Nexleaf supervisa el almacenamiento en cadena de frío para mantener la temperatura y eficiencia de las vacunas.
- La organización sin ánimo de lucro WeRobotics emplea drones para llevar vacunas a zonas remotas.
- Simprints se está replanteando como las tarjetas de identificación pueden mejorar el acceso a la atención sanitaria.
Ante el despliegue de las vacunas contra la COVID-19 en Norteamérica y en Europa, empezamos a vislumbrar la posibilidad de un regreso a la vida “normal” tras 18 meses de restricciones pandémicas. Aun así, el acceso a la vacunación sigue siendo limitado a nivel mundial, habida cuenta de que países ricos compran y distribuyen estas inyecciones salvavidas antes de que las naciones más pequeñas y los países emergentes reciban las inversiones e innovación necesarios para mejorar su infraestructura y gestionar así la llegada de medicinas y las subsecuentes inyecciones.
La inoculación de la población mundial ante esta nueva amenaza viral supone una descomunal labor de organización. El trabajo realizado bien podría considerarse milagroso en esta ya denominada mayor campaña de vacunación de la historia. Si bien incluso los países más ricos han afrontado problemas en el despliegue de las vacunas, para los países pobres se trata de una tarea bien difícil. Queda todavía mucho por hacer como consecuencia de los obstáculos específicos de los países, regiones y comunidades que nos separan de la inmunidad global ante la rápida propagación de la pandemia.
A pesar de esto florecen el ingenio, la tecnología y las ideas de diseño. Tres becarios de Autodesk Foundation se han ocupado de salvar la brecha entre la creación de las vacunas y el proceso de vacunación. Su labor durante la actual pandemia está sentando unas bases que permitirán tener sistemas más robustos en el futuro.
Innovar para conseguir un almacenamiento fiable y seguro
Según Amy Fowler, directora de programas de vacunación en Nexleaf Analytics: “Para que las vacunas funcionen a su llegada, deben mantenerse a una temperatura óptima durante todo el proceso, empezando por su fabricación hasta que llegan al almacén nacional y después desde las instalaciones regionales a los puntos más locales; al igual que en los camiones, barcos, aviones y motocicletas que haya que emplear. Los requisitos de almacenaje y los procedimientos para lograr la seguridad de las vacunas son conocidos como ‘cadena de frío’. Lograr una temperatura adecuada durante todas las etapas del viaje es indispensable porque de ello depende que se produzca una llegada puntual de dichas dosis vitales o tener unas vacunas inservibles que deban ser desechadas”.
Amy Fowler añade que: “Cuando las vacunas salen del margen óptimo de temperatura, se produce lo que denominamos una ‘excursión’. La mayoría de las vacunas pierden eficacia y dejan de ser efectivas después de varias exposiciones, cierto periodo de tiempo en una excursión de calor, o periodos más breves en una excursión de frío. Por ello, en el mejor de los casos, es posible que dicha vacuna no se emplee, y deba ofrecerse una nueva. Desafortunadamente, pueden presentarse situaciones en que se utilicen vacunas que no hayan sido estrechamente supervisadas y que no ofrezcan la inmunidad prevista. Para que funcionen y podamos beneficiarnos de todo su potencial, la cadena de frío debe ser robusta y estar debidamente supervisada”.
Es aquí donde las tecnologías con sensores, datos y analítica de Nexleaf pueden jugar un papel clave. El sistema de supervisión, llamado ColdTrace, emplea sensores para recoger datos críticos del funcionamiento de la cadena de frío. Si se produce una excursión, los trabajadores sanitarios de la planta y otro personal recibe alertas. Fowler comenta que es entonces cuando “se dirigen físicamente al frigorífico o congelador a inspeccionar la situación”. La supervisión remota ayuda, por lo demás, a los responsables en niveles más altos de la organización a evaluar los requisitos clave en sus cadenas de frío y saber, por ejemplo, cuándo hay que reparar o reemplazar un frigorífico o congelador, pudiendo así asignar recursos que permitan cumplir con dicho objetivo.
Fowler añade: “Queremos que los países tomen las riendas de sus decisiones y soluciones. Un agente nacional o regional tendrá ideas más claras y una mejor perspectiva para saber por qué ciertos equipos concretos no funcionan debidamente. Estamos convencidos de que conseguirán los mejores resultados posibles cuando cuenten con datos que les permitan identificar y responder a problemas que surjan en la cadena de frío”.
Un estudio piloto en Kenia descubrió que el sistema de supervisión de Nexleaf mejora los periodos de tiempo en que los equipos de cadena de frío se encontraban en la gama óptima subiendo del 83,9 % al 90,9 %. De igual forma, Fowler explica que la cantidad de tiempo en que las temperaturas estaban en márgenes demasiado bajos, lo que es aún más peligroso, descendió del 6,5 % al 1,5 %.
Y añade: “Los datos muestran que estos logros fueron producto de una mayor capacidad de respuesta ante las alertas en las instalaciones y más habilidad de gestión para hacer frente a problemas recurrentes”.
Envío de vacunas a los lugares más remotos
WeRobotics se está movilizando en línea con la situación que afronta el mundo. Esta organización sin ánimo de lucro es excelente en su respuesta a las demandas pandémicas con soluciones que ayudan a las organizaciones locales a obtener todo aquello que necesitan donde más lo necesitan. Gracias a la creación conjunta y al apoyo de los Flying Labs ―centros de conocimiento independientes con impulso local― la organización asegura que son los expertos locales quienes dirigen dichos esfuerzos. Su solución para ofrecer vacunas contra la COVID-19 consiste en incorporar un accesorio a drones que han sido construidos, o mejor dicho reconstruidos, para transportar vacunas a zonas de difícil acceso.
WeRobotics proporciona a Flying Labs sus nuevos avances en materia de drones para transporte de carga, modificando sus drones industriales existentes, entre cuyos múltiples usos está la cartografía. Dichos drones están repartidos por todo el mundo y WeRobotics puede por lo tanto ayudar a expertos locales a modificarlos y llevar vacunas contra la COVID-19 a las comunidades de más difícil acceso.
En palabras de Patrick Meier, cofundador de WeRobotics: “Las modificaciones de drones para uso de cargo se realizan combinando el software y la nueva electrónica, lo que permite convertir un dron industrial, como los empleados en cartografía, en un dron muy fiable para el transporte. Gracias al trabajo con drones industriales ya existentes podemos mantener los precios por debajo de la competencia, dado que otras empresas fabrican drones nuevos destinados a envíos de mercancías”.
Aparte de conseguir bajos costos, esta forma de operar se centra en el trabajo con individuos que tienen mayor conocimiento de aquello que debe hacerse, y cuándo y cómo debe hacerse.
Y añade: “Cabe indicar que lo importante no es realizar envíos de gran tamaño, sino más bien entregas frecuentes de pequeña escala, y los Flying Labs se ocupan de realizar entregas muy locales a pequeños pueblos dispersos. Por ello, la zona de almacenamiento no tiene que ser muy grande. Los expertos locales están íntegramente a cargo de la operación y cuentan con la confianza necesaria para realizar entregas con drones de forma independiente. Son estas personas, en definitiva, quienes tienen experiencia local, conocimiento y vivencias de primera mano”
El uso de la tecnología para una identificación mejor y más inteligente
En muchas partes del mundo, la identificación personal es una tarea tan fácil como presentar una foto en una tarjeta gubernamental o aportar un número individual que tiene asociadas décadas de datos.
En otros lugares, por el contrario, dicha identificación no es simple ni fiable. Christie Civetta, directora de alianzas para Simprints, organización sin ánimo de lucro que ofrece soluciones de identificación biométrica, comenta: “En todo el mundo, alrededor de mil millones de individuos carecen de identificación formal; en muchas zonas, especialmente rurales, diferentes personas pueden tener un mismo nombre y algunas desconocen su fecha de nacimiento. Es, por ello, difícil identificarlas”.
Simprints pretende mejorar radicalmente la transparencia y la eficiencia mediante soluciones de identificación biométrica. Es decir, intenta encontrar características físicas únicas, tales como el aspecto facial, huellas digitales, de las palmas de las manos, los oídos o incluso de la planta del pie, para que los individuos puedan verificar su identidad y acceder a los servicios esenciales necesarios. Por ello se entiende también la atención básica sanitaria, como las vacunas.
Civetta y Simprints han trabajado con Ghana Health Services (GHS) para garantizar la cobertura de salud universal y para fortalecer la infraestructura de atención sanitaria en el país. Añade: “Estamos incorporando elementos biométricos en sus e-trackers ―sus soluciones sanitarias digitales― para usarlos como sistema único de identificación y asegurar así un mayor nivel de calidad de datos desde una perspectiva programática. Asimismo, las personas que reciben esos servicios podrán así acceder a su expediente médico una y otra vez de forma fiable”.
Esta tecnología supone una solución emergente desde hace ya varios años. Cabe indicar que su demanda ha aumentado exponencialmente en los últimos 18 meses, según Civetta: “Especialmente en lo que allí, como en el resto del mundo, se considera hoy en día la “nueva normalidad”, preguntándose cómo ofrecer y verificar servicios en un contexto de COVID-19, en el que puede convenir disminuir el contacto entre individuos, reducir el manejo de tarjetas de identificación y crear más eficiencia en los servicios sanitarios”.
Para demostrar lo exitosa que puede resultar esta tecnología, Simprints está trabajando estrechamente con GHS en atención sanitaria maternal e infantil, así como en inmunizaciones rutinarias. Civetta apunta hacia dónde se dirige la tecnología tanto en Ghana como en el resto del mundo y comenta: “Soy consciente de que el programa será, en un principio, de pequeña envergadura. Sabemos que la biometría aporta muchas ventajas y por ello hay planteamientos y un diálogo sobre cómo emplearla para, por ejemplo, realizar una vacunación que vaya más allá de la inmunización rutinaria”.