No podemos entender la sostenibilidad como si fuera pimentón o canela, y espolvorear un poco al final. Hay que integrarla desde el principio. De lo contrario, se considerará siempre un elemento extra del que es posible prescindir. Hay que verla como lo que es: una estrategia de innovación.
En nuestra empresa, nos aseguramos de dar apoyo al desarrollo sostenible tan pronto se pone en marcha un proyecto. Desde el momento mismo de la propuesta, está siempre presente en las comunicaciones y el enfoque. Cuando comienza un proyecto, organizamos un taller sobre sostenibilidad para definir las prioridades y los resultados esperados.
Lo primero que digo a los responsables de los proyectos es: “No puedes poner la sostenibilidad al final de la lista”. Hay que ponerla al principio y hacer que todo gire en torno a ella. Al discutir sobre los sistemas de climatización o de iluminación, debe hacerse desde una óptica de sostenibilidad. Cambiar de planteamiento para ponerla en primer plano es una medida muy eficaz y, aun así, muy sencilla.