Aunque los términos "renovación" y "remodelación" se utilizan a menudo indistintamente, hay una diferencia entre los dos:
Renovación: la renovación suele hacer referencia a las mejoras o actualizaciones en un espacio existente sin alterar significativamente su estructura o su diseño. Supone restaurar o reparar elementos de un edificio para que vuelva a estar en buenas condiciones o para actualizar su estética. Las renovaciones pueden incluir tareas como el repintado de paredes, la sustitución del suelo, la mejora de los equipamientos o la actualización de los aparatos eléctricos. El objetivo de una renovación suele ser mejorar la cosmética y las funciones, en lugar de realizar modificaciones importantes.
Remodelación: la remodelación, por otra parte, implica cambios más amplios en la estructura, la distribución o el diseño de un espacio. A menudo consiste en alterar los planos de planta existentes, reorganizar las paredes, añadir o eliminar habitaciones o realizar cambios significativos en la estructura del edificio. Los proyectos de remodelación pueden incluir reformas de la cocina o el baño en las que se sustituyan armarios, encimeras y accesorios, o la conversión de un sótano en un espacio habitable. El objetivo de una remodelación es transformar el espacio, a menudo para adaptarlo mejor a las preferencias del propietario o dar cabida a nuevas funciones.
En resumen, la renovación suele consistir en actualizaciones cosméticas o funcionales de un espacio existente, mientras que la remodelación implica cambios más sustanciales en la estructura o la distribución de un espacio para crear un nuevo diseño o adaptarse a necesidades diferentes.